Ola de ataques a bolivianos en el Moure y San Cayetano

Rufina García fue apuñalada a las 8 de ayer cuando se dirigía a comprar verduras. Una patota la persiguió y uno de sus integrantes fue quien la corrió y apuñaló dos veces en la espalda….

sábado 07/01/2012 - 9:00
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Rufina García fue apuñalada a las 8 de ayer cuando se dirigía a comprar verduras. Una patota la persiguió y uno de sus integrantes fue quien la corrió y apuñaló dos veces en la espalda. Ahora se encuentra internada en grave estado. La Policía detuvo a los agresores y se cree que todo es como represalia por la golpiza que recibió un grupo de ladrones tras un frustrado robo el 31 de diciembre.

A las 8 de la mañana de ayer, en la esquina de O’Donnel y Laureano Lorenzo Rey, del barrio San Cayetano, Rufina García, una mujer boliviana de 56 años, fue apuñalada dos veces por la espalda. Ocurrió frente al Tabernáculo de la Fe, cuando la mujer se dirigía a la feria “La Saladita” a comprar verduras. Pensaba cocinarle a su hijo cuando volviera del trabajo.

En ojotas y con su “awayo”  (bolsa de transporte) en la espalda, Rufina pensaba que vivía un día como todos, pero los violentos se cruzaron en su camino. Un grupo de cinco jóvenes la interceptó en la esquina. Uno de ellos se desprendió del grupo y le dio un puntazo en la espalda.

La mujer corrió como pudo, se resbaló y el delincuente la alcanzó y le metió otro puntazo en el mismo sector. Esta vez más profundo. Rufina mostró la plata que llevaba; los únicos 100 pesos que tenía para comprar, pero el delincuente no detuvo el ataque.

“Estos se quieren llevar a uno porque si necesitaran plata te piden o te tratan de robar lo que uno tiene” reflexionarían más tarde sus familiares, más allá de que para la Policía el ataque tuvo como móvil el robo.

Un vecino observó cuando la mujer era atacada y avisó a la Policía. Llegó el móvil policial 043 de la Seccional Sexta y detuvo a los cinco sospechosos que se habían refugiado en una casa de O’Donnel y 552. Allí fueron recibidos con piedrazos y hasta voló por el aire una tenaza que dañaron el móvil policial. Finalmente fueron detenidos e identificados como Luis Ricardo Nicolás Bengolea de 18 años, J.A.C. de 17 años, E. C. V. de 17 años, M. A. C. de 14 años y M. A. U. de 15 años. Todos con antecedentes policiales, dos de ellos integrantes del grupo denominado “Los Peludos”.

Los violentos quedaron a disposición de la Justicia en calidad de autores de presunto robo agravado, atentado, resistencia y daño a la autoridad, mientras que los menores de 14 y 15 fueron entregados a sus padres.

DESPIADADOS ATAQUES
El ataque a Rufina García no es el primero del año contra algún miembro de la colectividad boliviana, sino que -según los vecinos- otros dos residentes del barrio Moure fueron atacados con cuchillos y golpes en horas de la mañana de ayer. Una de ellas según informaron fue identificada como Basilia Mamaní, quien ingresó al Hospital Regional con una profunda herida en su cabeza, mientras que otro hombre también resultó apuñalado.

Esta ola de ataques a residentes bolivianos, como informó de manera exclusiva Diario Patagónico en su edición online del lunes 2, se inició el 1 de enero a las 6 de la mañana. Ese día Juan Carlos Cadima Camacho, de 22 años, un joven boliviano que volvía a la casa de su padre, fue interceptado en la calle Wilfredo Andrade por dos delincuentes que tras exigirle plata a modo de “peaje”, lo apuñalaron a pesar de que les entregó todo el dinero que tenía.

Por lo que se cree, la ola de ataques aparentemente escondería un deseo de venganza de cierto grupo de delincuentes que entre las 19 y las 20 del sábado 31 de diciembre pretendieron robar en uno de los dos negocios que la comunidad del altiplano tiene en el límite de los barrios Moure y San Cayetano. Fueron unos 15 los delincuentes que ese día golpearon a una comerciante hasta destrozarle la boca y dejarla prácticamente inconsciente.

Un vecino de la misma nacionalidad percibió el hecho y accionó la alarma comunitaria de robo. Se trata de una sirena (en total hay tres en todo el barrio) que sirve como alerta. De inmediato el lugar fue rodeado y a pesar de que uno de los delincuentes estaba armado, los vecinos les exigieron que se quedaran tranquilos hasta que llegara policía.

El que llevaba el arma logró escapar, mientras los que tenían cuchillos se resistieron y cuando trataron de huir fueron golpeados con manos y piedras. Uno de ellos llevó la peor parte.

Como desde entonces fueron al menos seis los ataques contra ciudadanos bolivianos en el sector, estos creen que obedecen a una venganza.

Es que, paralelamente, aparecieron en el barrio pintadas de neto corte xenófobo. Según informaron las fuentes consultadas, cansados de este tipo de ataques ayer a la mañana varios vecinos prendieron fuego una pequeña casa de chapa de la calle 496 donde, según la Policía, “había juntas” (eufemismo bajo el cual se dice que allí se reunían quienes viven al margen de la ley).

Fuente: El Patagónico

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