Benjamín Vicuña se cansó de repasar su relación coparental con la China Suárez. Pero uno de los temas que más lo incómoda es el de hablar de la vida privada de sus hijos Magnolia y Amancio, que dividen sus tiempos entre Turquía y Argentina.
Cuando fue consultado este viernes por un notero de Desayuno Americano (América) sobre cómo están los términos de su dinámica familiar actual, el galán apeló a la sinceridad.

“Chicos, no podemos seguir hablando más del tema porque ya no da para más. Hay un arreglo para que puedan estar con su mamá y para que puedan estar conmigo. También para que puedan ir al colegio, ya le vamos a encontrar la vuelta”, explicó Vicuña.
Pero cuando el cronista insistió con el asunto, y luego dirigió el curso de la conversación hacia el caso de Nicolás Cabré y su hija Rufina, quien decidió vivir con su mamá en Estambul, el actor se mostró sobrepasado.
“Mis hijos son muy chiquitos, no… es un tema delicado, pero me imagino que en su momento vamos a poder hablar. A Rufina la amo, no me hagan hablar de ella, es una niña hermosa. Tengo un vínculo muy lindo también con Nico, pero cada uno hace lo que puede», sostuvo.
