Fue con un triunfo frente a Nadal. Fue en un partido a todo lujo, bromas y puntos de antología. El público aplaudió de pie al Rey David.
Chapeau. Aplaude Naldanbian. También aplaude Nadal. Aplauden los miles de privilegiados que están en el Orfeo de Córdoba. Hasta las luces aplauden el punto, el puntazo, la gran Willy de acá, los lujos de allá. Todo esto ocurre en un instante mágico del segundo set. Pero en realidad todo el partido se jugó con la misma calidad. La despedida de David Nalbandian en su tierra fue fantástica. Ah, un detalle: le terminó ganando al número uno del mundo por 6-3 y 7-6. Sí, el show debería continuar.
Porque lo de esta noche de jueves en Córdoba fue homenaje y también fue espectáculo. Porque Nalbandian jugó como en sus 383 triunfos de su carrera. Porque Nadal se vistió de amable partenaire. ¿Que jugó a media máquina? ¿Que corrió un poquitito menos? ¿Que ni siquiera se tuvo que sacar el calzoncillo? Sí, es posible. Pero su aporte a la exhibición fue impecable.
David aprieta el puño. Rafa le tira un centro de smash. David quiebra el séptimo game y empieza a asegurar el primer set. Rafa saca diferencia en el segundo capítulo y, sin embargo, tras ponerse 4-1 afloja la raqueta. Entonces llega el tie break. Y el último punto se queda en Córdoba.
«David es uno de los máximos referentes del deporte argentino. Lo he enfrentado en sus mejores momentos. Cuando uno tiene talento como David podría jugar al tenis para siempre. Esta noche, evidentememte, ha sido un poquito mejor que yo. El sábado tendré revancha y voy a ganar», le habló Nadal al público y a David.
«Es increíble jugar acá en Córdoba y nada menos que con Rafa, un amigo, un ejemplo, un campeón. Ojalá que lo hayan disfrutado. Gracias por venir y por estar siempre», dijo Nalbandian, con su hija en brazos, brillando de emoción.
«Vamos David, carajo», gritaban por ahí. «No te retires nunca», clamaban por allá. Después de una hora y 35 minutos nadie quería el final. Ni el final de este partido entre dos titanes. Ni el final de la carrera del Rey David.
