En diálogo con Crónica, indicó que la receta electrónica ya se implementa en algunas obras sociales: “El caso particular de PAMI fue una de las primeras entidades que implementó el servicio de la receta electrónica. Implica que el médico, de acuerdo con el diagnóstico, determina una medicación que, con el número del afiliado, lo sube a la nube. Nosotros, desde la farmacia, la bajamos desde la nube y le dispensamos el medicamento al paciente que llega a la farmacia”.
“De esta forma, la receta electrónica evita que el paciente tenga una receta escrita y que tenga que ir de un lado a otro. Entonces, en consecuencia, nosotros actuamos”, agregó.
Además de ISSyS- Seros, también se viene aplicando este mecanismo en algunas prepagas. “Ahora, de acuerdo con este último decreto, se determina la implementación a partir del primero de julio de que todas las recetas -de todas las obras sociales y prepagas- van a tener que ser electrónicas”, sostuvo.
Finalmente, Molina señaló que tras la pandemia, este sistema se aceleró y trajo igualmente, problemas relacionados con la veracidad de las recetas: “Como durante la pandemia había una necesidad imperiosa de quedarse en casa y no se podía salir a la calle, en la farmacia recibíamos recetas vía Whatsapp de los médicos. Pero eso después obviamente no tuvo fundamento porque ya se había acabado la pandemia. En consecuencia, lo que podía producirse a través de este método (Whatsapp o correo electrónico) era la existencia de recetas fraudulentas. Luego, se eliminó ese procedimiento y ahora se hace directamente por receta electrónica”.
