El diputado y candidato a presidente aseguró “vengo a destruir definitivamente al kirchnerismo”.
No tocó ni una de las tostadas de salmón ahumado que le pusieron en su plato. Ni tampoco la lasagna de carne que el resto de los cerca de 30 comensales devoraron. El vino le pasó de largo y el clima fue claramente distendido. El piso 20 del Sheraton Mar del Plata encontró a un Javier Milei distinto al que esperaban los empresarios, según publicó La Nación.
Para el arranque, Miguel Blanco, director de IDEA y CEO de Swiss Medical, le dio la bienvenida e inmediatamente Milei tomó la palabra y dijo: “No tengo ningún discurso. Pregunten que yo respondo”. La mesa lo encontró ubicado en el centro y su hermana fue quien lo acompañó durante toda su estadía en Mar del Plata como suele ocurrir habitualmente. “Él es el jefe”, bromeó respecto de ella. Y agregó: “Los empresarios huelen el poder e inmediatamente saben que tienen que estar cerca de ella”.
“Voy a ser ‘extermineitor”, disparó mientras el sol reflejaba sus ojos. No se refirió a la tradicional comedia de acción de Emilio Disi, Guillermo Francella y Patricia Sarán. Sino a que “vengo a destruir definitivamente al kirchnerismo”. Arrancó con un tono televisivo que fue moderando en la medida que pasaron los minutos. Se mostró confiado respecto de la futura elección, en la que, aseguran los encuestadores, tiene una intención de voto del 17% a nivel nacional que siguen de cerca desde Juntos por el Cambio y el kirchnerismo. “Ese es mi piso”, se mostró muy confiado.
Un CEO de una firma multinacional le preguntó si es posible una alianza con Juntos y cuál era su opinión respecto de Mauricio Macri y Patricia Bullrich. De ambos habló con respeto pero aseguró que el no está buscando alianzas ni las necesita. También afirmó que se muestra abierto a “recibirlos en su espacio”.
Luego llegó el momento de esgrimir su plan para los primeros 100 días. En ese momento tomó la palabra y comentó: “Voy a salir con el hacha para cortar el gasto público desde el día uno, vamos a recortar contratos y avanzar rápidamente con la privatización de varias empresas públicas”. Luego agregó: “Quiero eliminar el impuesto a los ingresos brutos, cambiar el mapa de la coparticipación y lo que supone y reducir impuestos”.
Un CEO de una automotriz le consultó por su llegada a votantes de mundos de alto poder adquisitivo y de bajo poder adquisitivo. “¿Por qué crees que eso sucede?”. Rápido de reflejos respondió: “Porque en los segmentos altos las madres tienen preocupación porque sus chicos no se vayan al exterior y en el segmento de menor poder adquisitivo no quieren que sus hijos caigan en las manos de la droga y el narcotráfico.
En ambos polos hay una necesidad común que es la de terminar con eso que genera una profunda tristeza”. A esa altura ya no se lo escuchaba con la picardía inicial sino con un silencio más profundo. Les habló también de lo compleja que se encuentra la situación en la Argentina en la que el semáforo marca luz en rojo y verde a la vez. De manera tal que cualquiera sea la decisión que uno tome siempre habrá que tratar de evitar un mal mayor. “Si freno me chocan y si avanzo puedo chocar. Todo debe mirarse con mucho cuidado”, afirmó.
