Cuando un incendio arrasa un bosque, lo que se escapa al aire es mucho más que humo visible.
Un estudio global demostró que los incendios forestales y las quemas controladas lanzan al ambiente más contaminación de la que se pensaba.
Los científicos de China descubrieron que estas llamas liberan hasta un 21% más de compuestos dañinos.
Esto implica que el aire en muchas regiones puede ser más peligroso de lo que se calculaba, según el estudio que publicaron en la revista Environmental Science & Technology de la Sociedad Estadounidense de Química.
Las partículas y gases que emiten los incendios viajan largas distancias y afectan a personas que viven lejos del fuego. Por eso, los expertos advierten que el problema de la contaminación es global y no solo local.
Participaron expertos de la Universidad Tsinghua, con apoyo de la Fundación Nacional de Ciencias Naturales de China y otros centros. Usaron datos globales de incendios desde 1997 hasta 2023 para llegar a sus conclusiones. Además, contaron con el respaldo del Centro de Computación de Alto Rendimiento de la Universidad Tsinghua.
Qué buscaban sobre el humo de los incendios
La investigación destaca que partículas y gases emitidos por incendios afectan también a regiones alejadas del fuego inicial (Imagen Ilustrativa Infobae)
Cada año, miles de hectáreas de bosques, pastizales y turberas se queman en todo el mundo. Estas quemas sueltan agua, cenizas y compuestos de carbono al aire.
Entre esos compuestos están los conocidos COV, que son gases que se evaporan rápido y pueden afectar la salud. Los COV, o compuestos orgánicos volátiles, forman parte de la contaminación que se mezcla con el aire y puede empeorar enfermedades respiratorias.
También existen los IOVC y SOVC, que son gases que pasan al aire a temperaturas más altas. Estos compuestos, llamados intermedios y semivolátiles, forman partículas finas, que pueden ser aún más peligrosas para la salud. Las partículas finas pueden meterse en los pulmones y causar problemas respiratorios.
Los compuestos orgánicos volátiles (COV), intermedios (IOVC) y semivolátiles (SOVC) contribuyen significativamente a la peligrosidad del aire tras incendios (REUTERS/David Swanson)
Muchos estudios anteriores no los midieron porque hay muchísimos tipos y resulta muy difícil capturarlos. El objetivo fue incluir esos compuestos poco estudiados y calcular toda la contaminación que sale de los incendios.
Querían saber cuánto cambian las cifras cuando se suman estos gases invisibles. La investigación apunta a mejorar las mediciones para que las políticas de salud y medio ambiente sean más efectivas. Solo con datos completos se pueden tomar decisiones que protejan a la población.
Así se midió el humo y lo que se encontró
Las partículas finas generadas por incendios forestales penetran los pulmones y agravan enfermedades respiratorias (Freepik)
Los investigadores usaron una base de datos global con registros de áreas quemadas por incendios desde 1997 a 2023. Recopilaron información sobre incendios en todo tipo de vegetación: bosques, pastizales y turberas.
Tomaron datos reales de emisiones, y cuando no existían, hicieron experimentos en laboratorio para predecir los valores. Con toda la información, calcularon cuántos compuestos orgánicos llegan al aire cada año.
El resultado: los incendios lanzan al menos 143 millones de toneladas de compuestos orgánicos por año. Esto es mucho más de lo que se calculaba antes, y sube la cifra en un 21%.
El informe recomienda aplicar políticas ambientales diferenciadas para reducir la contaminación de incendios y proteger la salud pública (Archivo REUTERS/Mike Segar)
“Las nuevas estimaciones aumentan las emisiones de compuestos orgánicos de los incendios forestales en un 21%”, dijo uno de los coautores Lyuyin Huang.
Los pastizales generan dos tercios de estas emisiones; selvas, bosques boreales, turberas y templados suman el resto.
El sur de África es el principal punto de emisiones, con 4,4 toneladas por kilómetro cuadrado cada año. Esta región supera varias veces a otros focos como el norte de África, Sudamérica y Asia ecuatorial.
Se necesitan más estudios sobre el impacto del humo en la salud humana (REUTERS/David Ryder/Archivo)
“Este inventario brinda una base para modelos de calidad del aire, evaluación de riesgos de salud y análisis de políticas relacionadas con el clima”, destacaron los investigadores.
La contaminación orgánica de los incendios equivale al 79% de lo que produce el ser humano, y los compuestos más dañinos están presentes en niveles similares.
Se identificaron zonas donde la mezcla de humo y contaminación urbana complica el aire: Asia ecuatorial, norte de África y sudeste asiático. Estos lugares requieren estrategias distintas para enfrentar el problema.
Recomendaciones para respirar mejor
Varias personas miran cómo arde un incendio forestal cerca del pueblo de Agios Sotira, al oeste de Atenas, Grecia. 20 de julio de 2023 (REUTERS/Fedja Grulovic)
Los científicos aconsejaron que se usen políticas diferentes para reducir la contaminación de incendios y de actividades humanas. Reconocieron que aún falta medir mejor todos los compuestos, ya que el trabajo es complejo.
Admitieron que se necesita más investigación para entender cómo afectan los IOVC y SOVC a la salud. Concluyeron que sumar todos estos compuestos permite ver el verdadero impacto de los incendios en el aire que se respira.
