El presidente Javier Milei afronta este domingo una prueba determinante en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires, un distrito que concentra más de 14 millones de electores y que se convirtió en un verdadero termómetro de su gestión. Lo hace en un contexto adverso: denuncias de corrupción sin aclarar, derrotas en el Congreso que debilitaron su gobernabilidad y una economía en pausa, sostenida a fuerza de intervenciones oficiales para evitar una nueva disparada inflacionaria.
La estrategia de cerrar la campaña en el exterior, con reuniones empresariales en Estados Unidos y una mediática visita a su ex pareja Fátima Flórez en Las Vegas, debió ser descartada. Milei terminó en el partido bonaerense de Moreno, un territorio hostil para su espacio, donde pidió a sus seguidores que concurran masivamente a votar. Reconoció la posibilidad de un “empate técnico” y apeló a la militancia a no dejar un voto en el camino, en un escenario marcado por la incógnita del nivel de participación.
La elección en Buenos Aires tiene un carácter local, con la renovación de la Legislatura y concejos deliberantes, pero adquirió trascendencia nacional. El oficialismo sabe que el resultado funcionará como un anticipo de lo que pueda ocurrir en octubre, cuando se elijan legisladores nacionales y Milei intente reforzar su bloque para avanzar con las reformas estructurales en materia previsional, impositiva y laboral.
Analistas coinciden en que si La Libertad Avanza logra imponerse, o bien pierde por un margen menor a cinco puntos frente al peronismo, el Gobierno podrá considerar que mantiene respaldo. Una diferencia mayor a diez puntos en contra abriría un escenario cuesta arriba para la Casa Rosada y acrecentaría las dudas en los mercados.
A los problemas políticos se suma la economía. La eliminación de las LEFI generó desconfianza, aceleró la dolarización preelectoral y obligó al Ministerio de Economía a vender divisas, una medida que contradice la prédica libertaria pero buscó evitar un desborde inflacionario. La suba de tasas para contener la presión derivó en un freno de la actividad que golpea a empresas y emprendedores, alimentando la incertidumbre.
El lunes, con las urnas cerradas, el país comenzará a delinear su rumbo político y económico. Lo que ocurra en Buenos Aires será decisivo para el futuro inmediato del Gobierno y marcará si Milei logra consolidar su proyecto o deberá afrontar un escenario mucho más complejo en la segunda etapa de su gestión.
