Uno de los delitos que mutaron durante la pandemia fueron la estafas. Las modalidades se ajustaron a los tiempos que corrían y los delincuentes utilizaron argumento como el IFE o el cambio de billetes por la crisis económica que agudizó el coronavirus.
En el análisis de los delitos durante el 2020 “lo que existió muchísimo en el año fueron estafas de distintas modalidades”, reconocieron desde la División Policial de Investigaciones de esta ciudad.
Ya en el inicio del año la división policial esclareció una causa de estafa originada en Bariloche. La investigación concluyó con la realización de 13 allanamientos y la detención del estafador que consistía en la modalidad de la grúa, comenta Con Sello Patagónico.
El comisario Pablo Lobos describió que el modus operandi fue que “se comunicaban con la víctima, le decían que un familiar había tenido un accidente y que necesitaban plata para llamar una grúa. Iniciaban la estafa, ellos se comunicaban, depositaban y utilizaban distintas cuentas”.
Sin embargo, en el “día a día la estafa fue mutando, fue cambiando la modalidad como el IFE. Lo más relevante fue que las personas que hacían las estafas tenían una manera de hablar y poder de convencimiento que hace que la misma persona damnificada vaya hasta el cajero automático, cambie la clave del sistema token y entonces cuando el victimario tiene esa información, la víctima perdió todo lo que tenía en esa cuenta”.
De esa forma, el estafador “tiene la facilidad de ingresar a la cuenta, sacarle todo el dinero, transferirlo a otra cuenta y de que la víctima no pueda acceder al sistema de home banking; esa es la modalidad que se está usando”, explicó el investigador.
También se concretó ese delito con la compra ficticia de un elemento que supuestamente lo enviaban y no lo hacían. Entonces, “mandaban el supuesto comprobante de pago y esa transferencia nunca había existido”.
El cambio de billete que otra modalidad más antigua, pero que tuvo como víctimas a abuelos de Comodoro. “En la mayoría de los casos llaman a un número fijo, que son las personas mayores porque se les dificulta utilizar el teléfono celular. Le dicen que va a ver un cambio de billetes, que no va a circular más esa moneda, y que los dólares esos que tienen no van a correr más”.
De esa forma, “generan un vínculo con ellos, después les dicen que va a pasar un compañero a retirar el dinero y ‘usted se lo va a entregar’. Es una modalidad muy fácil y ha tenido mucha rentabilidad para estas personas”, admitió Lobos.
ZÍNGAROS IMPLICADOS
Uno de los casos fue en una vivienda de Kilómetro 3 que concluyó con allanamientos en esta ciudad y se produjo la detención de un integrante de la comunidad zíngara, en Necochea. Se secuestraron dólares y un vehículo que habían adquirido luego de la estafa.
La otra estafa se registró en el barrio de Laprida, donde le sacaron cerca de un millón de pesos a una mujer. Se allanó un predio del barrio Industrial, donde guardaban el Ford Focus utilizado para ir a buscar el dinero. También estuvo implicado una persona zíngara que ya se había ido de la ciudad.
Lobos explicó que esos estafadores “son golondrinas, estos zíngaros tienen la particularidad de ser golondrinas. Vienen, cometen el hecho, están una semana máxima y se van”.
Otras estafas se registraron desde lugares de detención como las alcaidías, comisarías, de la unidad de detención situada entre Trelew y Puerto Madryn. En esas causas “secuestramos los teléfonos que habían estafado”, apuntó el jefe policial.
Hubo una gran demanda de estafas por la compra de bicicletas en la que Comodoro no fue la excepción. “La única actividad que se podía realizar en tiempos de pandemia era salir a dar una vuelta en bici, creció mucho la demanda y también las estafas a través de la compra de bicicletas. Hemos tenido variedad de estafas en el año, eso sí fue nuevo para nosotros”, subrayó el segundo jefe de la Brigada.
