Sus referentes dicen que hay unos tres mil puestos de trabajo en peligro a causa de la sequía, el aumento de los costos y la baja rentabilidad del sector, con lo que se agrava el panorama demográfico.
Esto sucede, explican, por la sucesión de años críticos para el sector. Además, según manifestó la presidenta de la institución de Comodoro, Digna Hernando de Blanco, ese panorama agrava el despoblamiento del interior provincial, sobre todo en cuanto a las estancias y localidades aledañas.
Es entonces que pidieron que el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación tome medidas para aliviar el sector con resoluciones que datan de los años 90, cuando el precio de la lana era inferior a dos dólares, según señala en su edición de hoy el Diario de Madryn.
“El riesgo no es sólo de los tres mil puestos de trabajo, sino que también se agrava el despoblamiento del interior”, aseguró la presidenta de la Sociedad Rural de Comodoro Rivadavia. La situación crítica que vive la producción ganadera ovina de la provincia viene de arrastre, y en el diagnóstico se suman varias causas: la sequía que lleva más de seis años acentuado por el efecto de las cenizas diseminadas por el volcán Peyehue y las cuestiones de carácter macroeconómico: aumento de los costos y disminución de la rentabilidad.
“El panorama es complejo: en el 2003 un productor necesitaba 400 ovejas para sostener sólo los costos laborales, y hoy, necesita 1100 animales”, sostuvo Digna Hernando de Blanco sobre la situación de los productores ovinos. Además, según comentó la ruralista, en la provincia del Chubut el 70 por ciento de los productores están dentro de la categoría de los que cuentan hasta dos mil ovejas, que son quienes más problemas tienen para sostener la actividad ya que sólo restarían menos de 900 animales para cubrir el resto de los costos. Es por eso que los números sobre la situación rural de Chubut se acumulan en la columna de los negativos: los campos que tienen hasta dos mil ovejas tiene un déficit anual de 108 mil pesos. “Siempre estamos hablando de las zonas donde el terreno no es apto para vacunos, cuya realidad es otra”, aclaró la presidenta de La Rural de Comodoro.
Respecto al aumento de costos a partir del 2003, cuentan que el principal ha sido el de los aportes laborales que subió un 30 por ciento. “El último año tuvimos un aumento general del 25 por ciento, pero que es acumulado a estos nueve años”, consideró Digna de Blanco. La postura de la dirigencia rural es que el Estado comience a sostener parte de esos aportes laborales y que de alguna manera, se fomente el trabajo rural y del interior provincial: la urbanización de las poblaciones es un fenómeno de los últimos dos siglos que se da a nivel mundial; sin embargo, en la última década en la provincia la situación pasó a ser dramática por la crisis de los campos del Chubut.
La cuestión climática y efectos naturales tampoco ayudaron al sector. La sequía de los campos chubutenses lleva seis años y para afrontar este problema se ha tenido que invertir mucho en perforaciones para conseguir agua (incluso, este año con apoyo del gobierno provincial). Además, se suma la situación de las cenizas que sobre todo en la región de la meseta ha sido particularmente grave. Estas dos variables afectan uno de los atributos de su producto: la calidad de la lana. “En el 2011 el valor del kilo de lana estaba en seis dólares, hoy es de 4,30 dólares. A decir verdad el precio de la lana está dentro de las variables normales, porque aun estamos lejos de la crisis de los 90 cuando la lana estaba a un dólar y medio. Sin embargo, se han duplicado los costos de esquila: lo que antes salía un dólar hoy nos cuesta dos dólares”, explicó la presidenta de La Rural.
Medidas para el sector
El ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la provincia, Pedro Zudaire, que proviene del sector ruralista comodorense, gestiona en Buenos Aires algunas medidas para aliviarla problemática del sector. Lo que piden básicamente es un alivio fiscal poniendo en vigencia medidas que datan del año 93: “Lo que sostenía la resolución 351/93 es un monto compensador. Es un aporte por única vez que cubre una parte de los sueldos del año”, explicó Hernando de Blanco. El desgloce de esta medida estipula que se cubre una parte del salario de un trabajador cada 8 mil kilos de lana, dos trabajadores hasta 12 mil kilos, los costos de tres trabajadores hasta 16 mil kilos y más de 16 mil kilos cuatro trabajadores.
Además, piden dos medidas más: disminuir la cantidad de aportes que tienen que hacer los productores y eliminar las retenciones del IVA. “Pagamos 10 por ciento de retenciones de ganancias extraordinarias cuando a lo largo del año tenemos déficit”, opinó la referente del sector rural. Además, Digna de Blanco analizó: “La resolución del año 93 se aplicó en circunstancias bastante parecidas a las de hoy. Teníamos una diferencia sustancial entre el dólar comercial respecto a l dólar con el que liquidamos la producción, y veníamos de sucesivos años de poca rentabilidad e incluso periodos negativos”.
Situación laboral
Uno de los cuestionamientos que generalmente se denuncia a los productores rurales es que cuentan con un alto porcentaje de trabajadores no registrados. Sin embargo, Digna de Blanco aseguró que en Chubut la realidad es otra: “En general, la mayor parte de los productores tiene sus trabajadores blanqueados y por una cuestión muy simple: con las distancias que tienen las estancias patagónicas, con la falta de comunicaciones, los riesgos de un accidente son muy altos y no tener las cosas como corresponde puede ser altamente perjudicial. Ningún productor quiere sufrir ese riesgo”, sostuvo la dirigente.
Igualmente aseguró que en el trabajo del campo hay una particularidad: muchos de los peones van pasando de un campo a otro a lo largo del año. “Vamos a seguir haciéndonos cargo de lo que nos corresponde. Otro aspecto a abalizar es la circunstancia que se da en época de esquila: de agosto a fines de enero que es la época de esquila, las comparas de trabajadores van de campo en campo. Para el manejo de todo lo que implica esa comparsa se necesita entre 20 y 25 personas y el costo que se calcula es por dí y por cantidad de animales. Esa es una realidad histórica”, explicó la dirigente.
