La elección legislativa de este domingo modificó de manera profunda el panorama político argentino. En apenas dos años, La Libertad Avanza (LLA) sumó más de 3,3 millones de votos en comparación con las legislativas de 2023, mientras que el peronismo perdió casi 1,3 millones. El resultado confirmó un corrimiento del electorado hacia el oficialismo y consolidó a Javier Milei como el principal referente político del país.
El crecimiento libertario fue especialmente marcado en los distritos más poblados: Ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, que explican más de la mitad del incremento de votos del oficialismo y casi el 70% de las pérdidas del peronismo. A la vez, LLA logró expandir su presencia territorial en jurisdicciones donde dos años atrás no había tenido listas propias, marcando un salto político sin precedentes para una fuerza con pocos años de existencia.
Un avance territorial sin antecedentes
El resultado de las elecciones confirmó el fortalecimiento de LLA a nivel nacional, con crecimiento en 12 provincias y debut electoral en otras donde antes no había participación formal. En contrapartida, el peronismo retrocedió en 15 jurisdicciones, reteniendo apenas algunos bastiones tradicionales del PJ.
El mayor salto se produjo en la provincia de Buenos Aires, donde el espacio de Milei sumó más de 1,2 millones de votos respecto de 2023. En la Ciudad de Buenos Aires, duplicó su caudal electoral, rozando el 50% de los sufragios. Córdoba, Santa Fe, Mendoza y San Luis también acompañaron con amplios márgenes, consolidando a LLA como una fuerza dominante en las principales regiones productivas del país.
La expansión incluyó provincias donde en 2023 no había listas propias, como Neuquén, Río Negro, Jujuy y Tierra del Fuego, donde el oficialismo nacional logró victorias por primera vez. En Tucumán, bastión histórico del peronismo, la diferencia fue menor a 15 puntos, confirmando el avance del espacio libertario incluso en territorios tradicionalmente adversos.
Aunque la comparación se realiza respecto de las legislativas de 2023, el crecimiento de 2025 resulta aún más relevante: sin el “efecto arrastre” de la boleta presidencial, La Libertad Avanza consiguió mejorar su desempeño nacional y consolidar una base electoral estable.
El retroceso del peronismo
El peronismo perdió apoyo en 15 provincias, entre ellas las de mayor peso electoral: Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y CABA. En conjunto, cedió más de 800.000 votos en estos distritos. El Frente Cívico de Santiago del Estero, aliado histórico del PJ, también retrocedió con una pérdida cercana a los 92.000 sufragios.
Solo seis provincias registraron crecimiento para el justicialismo: Formosa, La Pampa, Tucumán, San Juan, San Luis y Santa Cruz, territorios gobernados por mandatarios del PJ que lograron sostener el voto local con estrategias diferenciadas de la conducción nacional.
El resultado reflejó la pérdida de base electoral en los grandes centros urbanos y la fragmentación interna posterior a la derrota presidencial de 2023. A diferencia de otros años, el voto peronista mostró un comportamiento disperso y con menor fidelidad territorial.
Un nuevo equilibrio de poder
El reacomodamiento político tendrá consecuencias directas en el Congreso Nacional, donde Milei quedó a un paso de alcanzar el quórum propio con el apoyo de aliados provinciales, mientras que el peronismo perdió su hegemonía en el Senado después de dos décadas.
La elección de 2025 consolidó así el poder político y territorial del oficialismo libertario, otorgándole a Javier Milei un nivel de control legislativo inédito para un presidente sin estructura partidaria tradicional.
Con un peronismo debilitado y una oposición fragmentada, la Argentina ingresa en una nueva etapa política marcada por el predominio de La Libertad Avanza y la redefinición de los equilibrios federales y parlamentarios del país.
