A 17 días de la desaparición de Juana Inés Morales y Pedro Alberto Kreder, la pareja que salió desde Comodoro Rivadavia para realizar una escapada romántica, las autoridades de Chubut ampliaron el operativo de búsqueda. El operativo ahora cuenta con un helicóptero, drones subterráneos capaces de captar imágenes complejas y caballos criollos para el rastrillaje en zonas de difícil acceso.
Aldana Botha, hija de Juana Inés, habló con El Comodorense Radio para contar cómo avanzan las tareas, las hipótesis que se barajan y la ayuda recibida: «todos estos días estuve recibiendo ayuda de mi grupo de amigos y familia. Mucha gente aporta, aun sin conocernos».
Sobre la necesidad de apoyo logístico, agregó: «Estábamos tratando de conseguir bales de combustible. Serían para cubrir una, dos o tres camionetas» dijo. En caso de querer colaborar «me pueden contactar a mí» (Aldana Botha).
En cuanto a la hipótesis de un posible accidente en los sumideros, Aldana fue contundente: «Para mí no. Opino lo mismo que Luis porque nosotros también estuvimos en la zona, hicimos varios kilómetros y ninguna tuvo percance con los sumideros».
Además, espera resultados de las pericias: «Estoy esperando, al igual que todos, que nos puedan decir algo más. Seguramente demorará varios días, y espero que sea cuanto antes para que se esclarezca».
Finalmente, comentó sobre las cámaras de los barrios para dar con mas información: «no conseguí nada. No descartamos ninguna hipótesis, pero no paramos de buscar. No quiero que esto siga así, espero conseguir alguna respuesta pronto».
Tras 17 días sin pistas de Pedro y Juana, un rescatista descartó la hipótesis de los sumideros
El hallazgo llevó a los investigadores a barajar la hipótesis de un accidente en medio de un terreno hostil. Especialistas sostienen que el suelo podría haberse desmoronado, obligando a la pareja a abandonar el vehículo en busca de ayuda. Sin embargo, las condiciones extremas del lugar han dificultado el trabajo de los rescatistas.
“El terreno es de muy difícil acceso. Hay que tener los vehículos muy preparados, yo reventé dos amortiguadores. No es posible entrar con un auto común; si lográs entrar, tenés que salir caminando”, relató el enfermero licenciado y rescatista Luis Zuñiga, con experiencia en la región.
El especialista explicó que el trabajo se organiza mediante cuadrículas, marcando zonas clave para la inspección visual a pie o a caballo. Sin embargo, las lluvias recientes borraron posibles rastros. “Lo ideal son 20 personas para una batida eficaz, pero trasladarlas al terreno es muy complicado”, señaló.
Zuñiga viajó especialmente desde Cutral Co, Neuquén, para sumarse a la búsqueda tras el pedido de la familia. Con una amplia trayectoria en rescates y operativos en terreno hostil, explicó que en este caso los caballos son fundamentales: “Se calcula tres horas para ir y tres para volver con el animal bien racionado. Además, los caballos tienen que ser mansos para que otra persona pueda montarlos”.
A pesar de las dificultades, el rescatista mantiene la esperanza: “Son muchísimos días sin agua ni comida, pero los milagros existen. Tenemos el ejemplo de los Andes en 1972. La realidad es dura, pero si están refugiados y comiendo, es posible”.
