La gata que atrapó un murciélago rabioso permanece en cuarentena: “Tenemos que ver si desarrolla algún síntoma”

El caso activó protocolos epidemiológicos en Rawson y un llamado a reforzar la vacunación antirrábica. “Que no se confíen, que se aseguren de que tengan la antirrábica”, recomendó el vecino afectado.

martes 04/11/2025 - 18:27
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Franco Massi, vecino de Rawson, vivió un inesperado momento de alarma cuando un extraño ruido proveniente del quincho de su casa llamó la atención de su esposa. Al investigar, descubrieron que su gata, de apenas dos años, sostenía con la boca un murciélago.

“Cuando lo iba a tapar al murciélago, la gata lo morisquea, lo tiene un tiempito en la boca y yo se lo corro”, relató Massi a ADNSUR. El murciélago, todavía con vida, fue encerrado en una caja para que allí comenzaran las investigaciones y análisis posteriores.

Consciente de la seriedad del caso, Franco logró contactarse con personal municipal, y la mañana del lunes las autoridades de Zoonosis llegaron para retirar el murciélago.

Sin embargo, una inquietante situación complicó aún más el panorama: la gata no contaba con la vacuna antirrábica al día. “Yo siempre los llevé a una veterinaria privada a que le pongan vacunas, los desparasiten y los curen. No sé por qué no le pusieron la antirrábica; yo pensé que estaba implícito que estaba incluida”, confesó Franco.

El miércoles llegaron noticias que nadie quería escuchar: el Instituto Pasteur de Buenos Aires confirmó la presencia de rabia en el murciélago. La Secretaría de Salud informó que este es uno de los tres casos detectados en la provincia, lo que desató protocolos epidemiológicos urgentes coordinados con los municipios para evitar la expansión de la enfermedad.

La respuesta inmediata en la familia Massi fue un aislamiento riguroso para la gata, que deberá permanecer confinada durante cuatro meses. “Tenemos que estar atentos para ver si desarrolla algún síntoma”, lamentó.

El desafío implicó para ellos un operativo complejo, especialmente porque en la casa convive su hijo pequeño que está cerca de cumplir cuatro años. “Corremos el riesgo de que en cualquier momento pueda abrir la puerta o que quede una ventana abierta y el animal se pueda escapar. Lamentablemente, Zoonosis no tiene un lugar para aislarla”, explicó.

La incertidumbre y el temor por la salud de la mascota se mezclan con la preocupación por la seguridad familiar. “Estamos con un gato que no sabemos si tiene rabia o no”, se sinceró Franco. La alternativa dolorosa y extrema sería la eutanasia preventiva, una opción que por ahora descartan. “Para uno que quiere a los animales, la verdad que es difícil”, aseguró.

Con información de ADNSUR

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