“La asamblea es soberana” fue la frase antepuesta para convocar a paro general de los trabajadores petroleros santacruceños, y que se acató ampliamente hoy. La asamblea autoconvocada no soportó la decisión del gobierno nacional de “continuar con la intervención gremial” en manos de la Federación Argentina Sindical de Petróleo, Gas y Biocombustibles, después de dos largos años. En las consecutivas reuniones de obreros se anunciaba una medida de fuerza si no se llevaba a cabo una respuesta “positiva” de liberar al Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Santa Cruz y “devolvérselo” a los trabajadores.
Hoy desde el Sindicato Petrolero de nuestra ciudad, Jorge “Loma” Ávila (sec. General) hizo un llamado a la democracia sindical: “lo mejor que puede pasar en Santa Cruz es que haya elecciones y que los trabajadores puedan elegir sus representantes”. Una declaración que podría ubicare en cualquier otra región del planeta, pero no en nuestro país donde el sistema de gobierno es el democrático. Contradictorio y cierto; pero la realidad laboral petrolera en la zona norte de Santa Cruz ahora es compleja. Y son partícipes de ello varios dirigentes políticos, funcionarios de gobierno, parte del empresariado y los “especuladores burocráticos sindicales” de la Federación petrolera. Más de veinte meses de intervención no han resuelto nada.
También se escuchó en esas asambleas de obreros que “si Tomada (Jorge. Ministro de trabajo de la Nación) cree que no están dadas las condiciones para que los trabajadores hagan uso de sus facultades de derecho y representatividad; que dé un paso al costado, porque sus gestiones no han servido para salvaguardar los intereses de la clase obrera”. Con respecto a la medida de fuerza, se habría considerado también la alternativa de “tomar las plantas” (de almacenaje) para asegurar la detención completa de producción.
Hoy en declaraciones a la prensa, el concejal Darío Espinosa (de extracción gremial petrolera), se solidarizó con los trabajadores autoconvocados de Santa Cruz y reconoció como “muy válida” la medida ante los resultados “pobrísimos” de la intervención. “Mucho mejor defendidos los intereses de la Cámara empresaria que los de los obreros” dijo Espinosa describiendo la gestión de los “normalizadores” designados por la Federación. “Cómo podría aceptarse la ampliación de la intervención al gremio si la Federación sólo piensa en sí misma y bastante poco, o nada, en los trabajadores” reafirmó.
“El pensamiento del General Perón siempre nos demarcó que los sindicatos son espacios de organización y planificación para las conquistas laborales” citó el concejal, pero inmediatamente se preguntó el porqué de la invasión política estatal a un sindicato cuando toda su base está dispuesta a organizarse y normalizar su gremio.
Las opiniones y las preguntas de Espinosa tienen cierto grado de autorreferencia. En 2008, con una asamblea general con más de 6 mil trabajadores presentes, frente a su sede gremial (en nuestra ciudad), el Sindicato del Petróleo y Gas Privado del Chubut decidió independizarse de esta misma “Federación” que los nucleaba. En aquel entonces, Jorge Ávila (era secretario de organización) junto a otros delegados importantes (dentro de los que se encontraba Darío Espinosa por DLS), aportaron la convicción más férrea y las columnas más numerosas para “torcer” definitivamente los intereses mezquinos y centrales de la “Federación Argentina Sindical de Petróleo, Gas y Biocombustibles”.
“Ni la Federación, y mucho menos sus distraídos interventores, pueden distinguir cuáles son las verdaderas necesidades sociales y laborales del sector. No lo hacían mientras tuvieron injerencia en Chubut, ¿por qué lo harían ahora en Santa Cruz, si siguen siendo los mismos de siempre?” sentenció el concejal.
