A dos años de la desaparición de Diego, su familia sigue reclamando respuestas y asegura que no fue un accidente. En un extenso comunicado, denunciaron irregularidades en la investigación y apuntaron contra la justicia por la falta de avances en el caso.
Desde el 18 de febrero de 2023, los allegados a Diego han vivido una pesadilla. Lo que inicialmente se quiso hacer pasar como un accidente en una zona que él conocía a la perfección, hoy es considerado por su familia como un crimen que aún permanece impune. “DIEGO NO DESAPARECIÓ, a Diego LO MATARON”, afirman.
En su comunicado, la familia expresó su indignación por las versiones contradictorias en torno al hecho y las hipótesis que se intentaron instalar para cerrar el caso. Denunciaron que testigos clave se negaron a declarar, mientras que otros cambiaron su versión de los hechos con el tiempo.
“Nos quisieron convencer de que una marea que no se llevó un casco totalmente seco y abrochado sí se llevó a un hombre de 1.90 metros y 100 kilos junto con una mochila de otros 50 kilos, que jamás apareció”, relatan.
También señalaron la extraña aparición de algunos objetos personales en lugares improbables y la falta de interés de la fiscalía en investigar a fondo. “Escuchamos de todo, desde las hipótesis más fantasiosas hasta otras plausibles, pero muchas simplemente inverosímiles”, agregaron.
Según su familia y amigos, Diego era una persona solidaria, generosa y querida por todos. “El tipo más feliz y divertido, el que daba hasta lo que no tenía por su gente”, recuerdan. Era mecánico y apasionado por los fierros, siempre dispuesto a ayudar a los demás.
El día de su desaparición, Diego salió de su trabajo a las 18:00 y, a las 21:00, subió su última foto en su cuatriciclo en una estación de servicio. Tenía una familia que lo esperaba y ningún indicio de problemas financieros o personales. “Diego no tenía deudas, no estaba en nada raro, no había recibido amenazas. Su vida giraba en torno a sus hijos y su familia”, aseguraron.
A pesar del dolor, la familia insiste en que no bajarán los brazos y continuarán buscando justicia. “Nada se archiva y estamos tras cada contradicción, tras cada testigo que olvida convenientemente lo que sabía”.
En un mensaje directo a quienes encubren la verdad, advirtieron: “Si ustedes supieran lo turbia que es la gente, más aquellos que decían que Diego era su hermano y hoy sufren amnesia severa en los estrados…”.
Mientras la investigación oficial parece estancada, los familiares continúan recopilando pruebas, interrogando testigos y denunciando el mal desempeño judicial. “Este crimen se va a resolver, porque no paramos ni un solo día, a pesar de la IN-Justicia que decide TODO TARDE, MAL Y NUNCA”.
Con un profundo dolor, la familia concluye su mensaje con un compromiso firme: “Seguiremos luchando como él lo hubiera hecho y como él se lo merecía”.
