La Escuela N°126, con 103 años de historia en Comodoro Rivadavia, sigue sin contar con un Salón de Usos Múltiples (SUM). La situación quedó en evidencia este viernes, cuando los alumnos debieron realizar la promesa a la bandera afuera, en el patio y con temperaturas muy bajas, ante la imposibilidad de hacerlo en un espacio cerrado y adecuado.
“Esto es inaceptable, lo que sucedió hoy no puede pasar más. Llevamos décadas esperando respuestas. No es por nosotros, es por los chicos”, expresaron Rosa y Verónica, madres representantes de la comunidad educativa, en diálogo con FM La Petrolera.
Según relataron, el reclamo por un SUM data de al menos 2007, cuando se aprobó un proyecto para la reestructuración del edificio escolar que incluía aulas especiales, laboratorio, arte y un salón amplio para actividades colectivas. Sin embargo, la obra nunca se licitó. A esto se sumó la instalación de pozos petroleros en las inmediaciones, lo que imposibilitó el uso del terreno disponible por razones de seguridad.
“En 2022 nos empezamos a mover con más fuerza. Recién este año, gracias a la intervención del diputado Ávila y una reunión con el ministro de Hidrocarburos, logramos saber exactamente dónde están ubicados los pozos y que podrían donar un terreno alternativo a 150 metros. Pero seguimos esperando que la Municipalidad dé el visto bueno”, contaron.
Mientras tanto, las condiciones edilicias dentro de la escuela también preocupan. Los alumnos hacen educación física en una galería con rampas, escaleras, calefactores con rejas, ventanas antiguas tapadas con madera o chapa, y vidrios que no se pueden reemplazar porque el edificio fue declarado patrimonio histórico de la ciudad.
“Los chicos hacen los actos en un Zoom de 7 por 7 metros. Ahí desayunan, hacen reuniones, educación física, y a veces hasta tienen que interrumpir porque pasan los porteros con los carros de limpieza. Es una locura. No tenemos dónde hacer un acto, ni un aula magna, ni posibilidad de alquilar porque cuesta más de 300 mil pesos. Todo esto lo hacemos a pulmón, sin fines políticos ni intereses personales”, aseguraron.
Además, remarcaron la escasa participación de los adultos responsables: “Hay casi 500 alumnos y en las reuniones como mucho somos nueve padres. Esto tiene que cambiar. El reclamo es de todos, porque los chicos merecen algo mejor”.
A pesar del desgaste, las familias continúan pidiendo que la obra se concrete de una vez por todas y que se priorice el bienestar de los estudiantes. “Hace más de 30 años que esperamos un SUM. No podemos seguir haciendo actos en el frío y educando en espacios peligrosos. Basta de promesas, queremos soluciones reales”, concluyeron.
