La década perdida: ¿Hacia una crisis disciplinadora programada?

Es muy difícil opinar en el momento simultáneo en el que se producen los acontecimientos, más aún si tenés que transmitir malas noticias: es arriesgarse ante una mayoría que le disgusta y castiga al mensajero,…

martes 29/05/2012 - 19:00
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Es muy difícil opinar en el momento simultáneo en el que se producen los acontecimientos, más aún si tenés que transmitir malas noticias: es arriesgarse ante una mayoría que le disgusta y castiga al mensajero, sin por lo menos intentar comprender el mensaje.

La distorsión que planean y ejecutan los medios de comunicación gubernamentales y opositores, donde la mayoría de los habitantes/consumidores forma opinión, sobre la realidad y los análisis propios tamizados, a mi juicio, por un pacto de conveniencia a través de un sufragio poco comprometido.

Tal como sucediera con el pomposo modelo Chubut, que luego del 20-M quedó herido de muerte políticamente, que corrido el velo mediático “nos damos cuenta” que tenemos una Provincia con serias deficiencias y que no logra sostener los servicios  gubernamentales de calidad en áreas como seguridad, salud, educación y justicia y que siendo de las más ricas del país, a partir de gasto en la campaña electoral tanto local como la fallida aventura nacional, transita un período de endeudamiento inédito.

El modelo Nacional y Popular sigue con su derrotero, exitoso políticamente desde un ya lejano Octubre 2011, da muestras evidentes de agotamiento de una prosperidad basada en un incremento fabuloso de los términos de intercambio en el mundo, gozamos de una prosperidad solo equiparable a la década de 1880, lo que nos permitió salir del abismo al que nos había llevado el PJ Neoliberal y La Alianza y que eclosionó en el año 2002.

El modelo neoliberal privatizador dejó a la Argentina sin los recursos energéticos estratégicos (Petróleo y gas), con un régimen de minería neocolonial y contaminante, con los servicios públicos (Agua, Energía Eléctrica, Trenes, Telefonía,  etc.) privatizados, con una altísima concentración oligopólica industrial y comercial en manos extranjeras, con un sistema financiero protegido por la Ley de Entidades Financieras de la Dictadura, Con una Ley de Radiodifusión y multimedios poderosos, con una concentración en el campo con tendencia al monocultivo, con pobreza, desigualdad y desempleo records en el país y con niveles de salarios y jubilaciones muy bajos

El PJ K ante un flujo de fondos externos sin precedentes, administró el modelo neoliberal sin tocar la distribución de la riqueza y reguló el gasto público entregando mejoras que nos permitieron salir del subsuelo donde nos encontrábamos, aprovechar la capacidad ociosa industrial y colocando retenciones a las exportaciones, produjo un proceso de redistribución del ingreso y mejora en los indicadores en el período 2003/2007. El Pago al FMI en el 2006 de deuda de dudoso origen, marcó un hito de Argentinidad.

Desde el 2007 en adelante fuimos llegando progresivamente al techo de nuestra capacidad productiva y se profundizó la lucha contra los monopólios medíaticos y contra la actualizada frase “Clarín miente” comenzó el “Gobierno miente” con el falseamiento de estadísticas vitales para tener un estado se situación que se corresponda con la realidad.

La toma de Aerolíneas y de Aguas Argentinas, al borde de la quiebra, y la desaparición del Sistema de Jubilaciones privadas iniciaron un período de “Nacionalización sin plan”, el crecimiento del Gasto público, fundamentalmente el destinado a mantener el poder, significó la pérdida del equilibrio fiscal, los indicadores de precios provinciales, privados y las negociaciones colectivas de trabajo denotan una inflación 3 veces superior a la oficial, igual medida refiere a la pobreza e indigencia y asimismo el falseo de datos se da también en los indicadores de empleo y crecimiento económico.

El modelo de crecimiento solo de base material y excluyente, dilapidó años de oro para la Argentina y dando muestra de incapacidad para gobernar ante disminución del saldo comercial (Soja dependiente) comienza a introducir medidas de renacionalización de una YPF S.A. Con signos de agotamiento, cerrazón de importaciones que genera trabas comerciales con aliados del Mercosur e innumerables, restricciones a la utilización del dólar como moneda de reserva, la reinversión compulsiva de dividendos, la búsqueda de 3ros mercados (Angola, Argelia, etc).

Stop and Go: Frenemos la economía y luego de cumplir con el pago de los vencimientos externos, arrancamos de nuevo, es el discurso esperanzador sin reparar de los daños colaterales reales, en cadenas de pago, en industrias desprotegidas, en la necesidad de inversiones en energía, etc. y siempre la culpa es del otro. Nos llevan como el tren de Once, con un frenado deficiente por la falta de insumos importados, pero que tendrá un efecto disciplinador de voluntades individuales y colectivas, para introducir la nueva fase de negocios 3.0 K de alianza con el capital extranjero y reforma de la Constitución Nacional.

Sin el riesgo de un golpe de Estado, preparémonos para una nueva fase del ¡Que se vayan todos! Para que nada cambie.

Por: César Vicente Herrera

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