Comodoro viene siendo escenario de episodios aberrantes con perros como víctimas. Todas las semanas se encuentran canes muertos por diversos mecanismos que tienen como punto en común la crueldad.
No solo los perros callejeros que vagan los barrios de la ciudad sin control alguno son las víctimas de estos sucesos, sino también los que tienen dueños o son cuidados cotidianamente por los vecinos.
Una de las últimas víctimas fue Otto, un perro que había sido rescatado y adoptado, logrando tener una familia que lo sacó de la calle.
Su dueña lo encontró muerto tirado en un pozo de agua y luego pudo saber que murió por ahorcamiento.
Así lo señaló la organización animalista ‘Directo al Hueso’, que lo considera una “víctima de la ausencia del estado que permitió que naciera sabiendo que no habría hogares disponibles”.
También “víctima de la justicia, que recibió toda la información de su familia, presentó la autopsia, el informe veterinario, realizó la denuncia en la comisaría constatando que no se trataba de una contravención, envió la denuncia a fiscalía y en pocos días la fiscal a cargo decide cerrar la causa”.
“Queremos vivir en una sociedad más justa con animales y nos negamos a vivir entre delincuentes, pedimos que se reabra la causa e investiguen para saber quién es el asesino de Otto”, reclamaron también.
A su vez, recordaron otros casos de crueldad animal que terminaron en asesinatos como el de Barbi, Robin, Duque, Simón y Abel.
“¿Cuántos han muerto en las peores condiciones, sin que nadie se entere?”, cuestionaron en el marco de la ola de asesinatos a perros en Comodoro, que no tiene intervención de la Justicia pese a que configure un delito, ni del estado municipal con programas efectivos para evitar o paliar la sobrepoblación y los problemas consecuentes que acarrea.
