“La fiesta no es solo para el barrio ni para la comunidad de la parroquia; es una celebración para todo el pueblo comodorense. San Cayetano es un signo grande de fe para toda la Argentina”, expresó el sacerdote, FM La Petrolera. Desde la madrugada, numerosos fieles comenzaron a llegar a la ermita, donde se inició la jornada con muestras de gratitud y pedidos de ayuda. La primera misa se celebró a las 11 de la mañana, seguida por una procesión tradicional desde el Liceo, que convocó a decenas de peregrinos, y culminó con la eucaristía central a las 16 horas en el templo.
El padre Rodríguez destacó el doble significado de esta fecha: la dimensión espiritual y la necesidad material que convive con ella. “Todo va ligado a lo que es el pan material y el pan espiritual. Como Iglesia, buscamos acompañar el crecimiento del alma y fortalecer a las familias. Pero también está el compromiso con quienes viven situaciones de vulnerabilidad. A través de Cáritas brindamos ayuda a quienes más lo necesitan”, señaló.
El valor de la solidaridad, de compartir y de caminar junto a otros fue otro de los pilares de la jornada. “Lo lindo de peregrinar con San Cayetano es que no venimos solo a pedir por nosotros, sino también por los demás. Muchos enfrentan condiciones muy duras, y esta es una oportunidad para visibilizar esas realidades, pero también para agradecer lo conseguido”, remarcó.
En este 2025, en el marco del Año Jubilar que vive la Iglesia Católica, la procesión tomó un carácter aún más simbólico. “Este recorrido nos hace peregrinos de esperanza. En medio de un invierno difícil, con un alto índice de desocupación, este día nos permite renovar la fe y sostenernos como comunidad”, agregó Rodríguez.
A lo largo del día se celebraron cuatro misas, culminando a las 22 horas con una eucaristía al aire libre en la rinita —lugar donde, hace más de 40 años, comenzó esta manifestación popular de fe en Comodoro—. Esta última misa estuvo pensada especialmente para quienes trabajan durante el día y no pudieron asistir a las celebraciones anteriores. “Muchos trabajadores llegan tarde y quieren agradecer. Hemos recibido testimonios muy lindos de personas que, tras pedir con fe, lograron estabilidad laboral. Y eso dignifica, no solo a la persona, sino a toda la familia y a la comunidad”, afirmó.
El padre concluyó anticipando una masiva participación: “El día nos acompañó y esperamos un marco de público aún mayor al de años anteriores. La necesidad de encontrarnos, de pedir, agradecer y sostenernos en la fe, es más fuerte que nunca”.
Así, la devoción a San Cayetano volvió a convertirse en un espacio de encuentro, contención y esperanza para miles de comodorenses que, en tiempos de incertidumbre, siguen apostando al trabajo y a la solidaridad como pilares fundamentales para salir adelante.
