Si bien con la derrota igual conseguía el pasaje a la siguiente instancia, el tanto de Ezequiel Zaldúa (ST 44′) le dio la igualdad al ‘Azzurro’ en el estadio ‘César Muñoz’ de barrio 30 de octubre, donde Matías Galváliz había abierto la cuenta de tiro libre (PT 44′).
Los dirigidos por Víctor Isidro Zwenger se aseguraron al menos el segundo lugar en la subzona 7 sur del Torneo Argentino ‘A’ de fútbol esta tarde merced a la derrota de Deportivo Madryn en Trelew frente a Racing (0-2), ya que el ‘Aurinegro’ era el único que podía arrebatarle la clasificación. La ‘Academia’ valletana se escapó en la tabla y casi que abrocharon el primer puesto, con dos partidos por jugar.
El equipo del ‘Pocho’ Orlando Portalau superaba a los del ‘Viti’ tras jugar mejor en el primer tiempo donde encontró la ventaja en una pelota detenida. En el complemento vieron la roja Facundo Tromer (Huracán) y Martín Prost (CAI), tras reaccionar con un trompis el primero a una fuerte entrada del rival.
El arquero Hernán Marcó se erigía en la gran figura cuando la Comisión de Actividades Infantiles emparejó el partido al ‘Globo’ en el complemento tapando tres mano a mano clarísimos, pero no pudo con Zaldúa que entró por el segundo palo tras un centro de Lucas Rodríguez para conectar la igualdad definitiva.
Incidentes reiterados
Una vez más, en plena disputa del primer tiempo, sobre 25′, se registraron inconvenientes fuera del reducto huracanense con quienes quisieron ingresar sin abonar su entrada una vez el partido en marcha, y producto de la actuación policial que buscó disuadirlos, los hinchas arrojaron proyectiles contra los uniformados que respondieron con balas de goma y gases.
Lamentablemente no es la primera vez que pasa en esta ciudad, ni en el único escenario en que suceden esta clase de situaciones, donde al término del partido se podía observar el triste espectáculo que ofrecía como testigo mudo de lo ocurrido, pero elocuente a la vista, de la gran cantidad de piedras, bloques, ladrillos y cascotes de grandes dimensiones que quedaron sobre la calzada de la calle Juan de Dios Trevisán, además de innumerables botellas de vidrio trizadas sobre el asfalto. Ojalá no vuelva a suceder.
