Desde la comisión de vecinos autoconvocados que se oponen a la urbanización de dicho espacio, aseguraron que «hoy la empresa Refugio de Lobos está apelando a la cautelar para poder continuar con las obras. Durante 2022 las máquinas trabajaron, modificaron las dunas y arrasaron con la flora y fauna local. La empresa sigue atentando contra un lugar considerado Patrimonio Paisajístico Urbano según el Código Ecológico de Comodoro Rivadavia».
«Entre otras obras de la empresa, es posible que este ante un incumplimiento de contrato de compra venta de los lotes. La suspensión de obras reiteradas a lo largo de los años por parte de la justicia y de los organismos de control son la evidencia que este proyecto jamás debió ser aprobado», detallaron mediante un comunicado.
En este sentido, enfatizaron que «es la evidencia de que quienes debían controlar no lo hicieron y que quienes definen las políticas con respecto al uso de estos espacios naturales y públicos le están dando la espalda al mar, a un Área Natural Protegida y a los vecinos que amamos disfrutar de nuestras playas, que son tan importantes, que constituye un rasgo identitario».
«Los comodorenses aprendemos a mojar los piecitos en el agua salada a pocos meses de nacer y el mar es nuestro divertimiento y fuente laboral desde siempre. El mar nos alimenta y nos nutre. Antes de cualquier otra industria», cerraron.
