La activista trans que es militante política y trabajadora sexual: “Mi revolución es ser puta”

Vanesa Cufré nació en Villa María, provincia de Córdoba, y fue criada por su abuela Josefa. Vive del trabajo sexual mientras afianza su pasión por la comunicación y sostiene: “Lo más difícil es amarse a una misma”.

sábado 03/06/2023 - 10:40
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Sentada frente a una mesa que da al ventanal más grande de su casa, con el termo y el mate recién preparados, Vanesa Cufré encuentra el orden en su propio desorden. Detrás suyo, sus gatos desafían mostrándose las garras y pelean sin sentido. Ella, con un grito seco y contundente, detiene el conflicto y escribe.

“La responsabilidad sexual se aprende. Se puede hablar de sexo e infecciones de transmisión sexual sin restarle erotismo y placer”, vuelca sobre un cuaderno que incorpora otras frases y palabras sueltas, publica TN.

Muchas de ellas son resaltadas en amarillo y otras coloreadas en rosa. Vanesa redacta un nuevo concepto: “La búsqueda erótica por excelencia es contactar más con la fantasía que con la pornografía”.

La mujer de 37 años, nacida en Villa María, provincia de Córdoba, criada por su abuela Josefa, expresa sus verdades desde el quinto piso de un edificio en el que vive y atiende a sus clientes. “Soy trabajadora sexual porque es un lugar incómodo para algunos. Es uno de los ejercicios laborales, en mi caso, más ligados al placer. Y a una retribución económica inmediata”, dice a TN.

Cada 2 de junio se celebra el Día Internacional de la Trabajadora Sexual, fecha en la que se homenajea a más de 100 trabajadoras sexuales que ocuparon la iglesia Saint-Nizier, en la localidad francesa de Lyon, con el objetivo de exponer su situación de vulnerabilidad debido a los abusos constantes por parte de la Policía.

Vanesa es trabajadora sexual, activista y militante de la Federación Argentina LGBT y el Movimiento Evita. También es la mayor de ocho hermanos, comunicadora, escéptica, escritora, docente y vendedora de contenido erótico, aunque este último término la obliga a autodefinirse: “Mi revolución es ser puta”.

—¿Qué te enseñó el trabajo sexual?
—A cobrar antes. Otro aprendizaje: la superioridad numérica. No me subí jamás a un auto con tres tipos. Yo soy travesti y lidié con la malicia. Huelo la doble intención como también la buena onda.

—¿Cuál es el primer miedo que tiene una trabajadora sexual?
—A la Policía. En realidad no sabés si tenerle miedo o si van a querer tener sexo con vos. Por mi militancia y activismo siempre tuve una respuesta para darles, porque para ellos históricamente somos la vergüenza. Yo fui una de las primeras en denunciarlos en Villa María.

—¿Aún sigue pasando?
—Sí, sigue existiendo. No pudimos librarnos de ser la vergüenza social que te ponen cuando sos puta.

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