La ‘Academia’ le dio otro cachetazo a River

Racing sacó la diferencia con un testazo de su volante y después se tiró muy atrás para aguantar el resultado. El ‘Millonario’ fue el desorden de los últimos tiempos. El equipo de Merlo terminó festejando…

domingo 24/11/2013 - 23:15
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Racing sacó la diferencia con un testazo de su volante y después se tiró muy atrás para aguantar el resultado. El ‘Millonario’ fue el desorden de los últimos tiempos. El equipo de Merlo terminó festejando bien el 1-0 en el clásico.

Racing ganó con alma y Zuculini. River perdió con dudas, sin ideas, con la misma mala cara de los últimos tiempos. El clásico no se dejó llevar por los números de la historia -asignatura en la que anda mejor el club de Núñez-, sino por las sensaciones más actuales. Y en eso los de Merlo le sacan un par de cabezas a los de Ramón.

La diferencia fue un tiro libre, casi un córner corto. Racing metió muchas camisetas en el área. En River se olvidaron de Zuculini, quien entró solo, solito, totalmente libre, para poner la testa en las narices de Barovero. Fue el primer gol de la Academia en su cancha en este torneo. En realidad, gritó uno contra Lanús, pero había sido en contra. Este fue a favor del envión del equipo de Mostaza.

Con el 1-0, Racing encontró lo mejor de su guión. Retroceso, líneas juntas, acumulación de piernas y a esperar la heroica de Viola, Hauche o quien fuera. El de Merlo se ha transformado en un equipo compacto. Eso es irrenunciable en el abecé del DT de la estatua. También es irrenunciable la actitud de ir a trabar con los dientes apretados. Pelletieri lo hizo en el partido de su regreso. El resto acompañó.

La identidad de River es paradójicamente la de no saber a qué jugar. En eso ha sido muy regular a lo largo del Inicial. Ramón Díaz asumió en la semana que fue un error cambiar tantas veces de equipo. Para no desentonar, volvió a meter mano en la visita al Cilindro. El desconcierto es tan grande que hasta se equivoca Alvarez Balanta en una salida. Después se fue expulsado. Todo mal. Pero todavía es mucho más preocupante la nadería de arriba.

Teo Gutiérrez viene pidiendo a gritos jugar como jugaba en Racing, detrás de un nueve. Para que todo fuera más parecido al deseo del colombiano, Ramón lo puso ahí justamente en el Cilindro, en la cancha de sus recuerdos como goleador. Nada cambió. Tuvo una clara en el primer tiempo: un remate que tapó bien Saja. En el final encontró una bola a la carrera y le dio desviado.

Si el primer tiempo fue de Racing por dominio, carácter, desequilibrio y orden, en la segunda parte se repartieron de otra manera el juego. Avido de profundidad, Ramón metió más cambios. Sacó a Giovanni Simeone que había jugado incómodo ante los centros frontales. Y en el área sumó a Federico Andrada. Pero quien le dio amplitud a la propuesta de River fue Juan Carlos Menseguez. Sus desbordes por derecha fueron la carta de llegada. Llegadas que no llegaron a ningún lado. Así está River, vacío. De una manera muy distinta empieza a caminar Racing, disfrutando de Zuculini.

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