El ministro de Economía le pidió a los países de la región que acompañen la posición argentina frente a los holdouts, a quienes atribuyó la pretensión de «devolver al país a la situación de default del 2001».
El ministro de Economía, Axel Kicillof, expuso en la Asamblea en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), en un encuentro extraordinario de cancilleres de la región, para tratar la situación de las deudas soberanas, en el marco del litigio argentino con los holdouts en los EEUU.
«Este es un problema que atañe a todos los países del mundo, más particularmente a los más débiles. Argentina ya ha conseguido el abrigo y apoyo de la comunidad internacional. Argentina tiene este problema, pero es un problema de todos, no es sólo financiero, judicial o de jurisdicción, sino un problema que muestra una falla en el sistema de financiamiento de los países», refirió Kicillof.
Para el ministro argentino, la sentencia a favor de los holdouts «vuelve imposibles los procesos de reestructuración soberana y también los defaults». Añadió que «con este fallo se vuelve inviable el proceso de funcionamiento del sistema de financiamiento internacional».
«Hay un problema de plazos. Argentina tiene 28 días para no caer en cesación de pagos. Este fallo de características absurdas tiene como fin que Argentina no pueda pagar. Lo que pedimos es que la comunidad internacional y los organismos multilaterales actúen antes de que el precipicio que estableció el juez Griesa esté frente a nuestras narices», expresó Kicillof.
Para Kicillof, la sentencia a favor de los acreedores se transformó en una «cuestión sistémica», puesto que, según su consideración, «si prospera esta interpretación no se va a poder avanzar razonablemente en una reestructuración de deuda».
«El fallo de Griesa quiere obligar a pagar a la República Argentina a pagarle al señor Paul Singer –que pagó u$s48,7 millones por sus bonos en 2008– ahora, ya, unos 1.600 millones de dólares, de los cuales u$s800 millones son para este fondo. Es una ganancia de 1.600 por ciento. Son fondos que compraron para embargar, no para negociar», argumentó el jefe del Palacio de Hacienda.
«Bonos en la condición de default como los que tienen los fondos buitre, según la fórmula de cálculo que aplicó Griesa, representan 15 mil millones de dólares», advirtió Kicillof, quien afirmó que este monto podría ampliarse a u$s130 mil millones, por la eventual violación de la cláusula RUFO (Rights Upon Future Offers o Derechos Sobre Futuras Ofertas) de la deuda reestructurada.
«Vamos a concurrir al juzgado de Griesa, pero en igualdad de condiciones. Le pedimos al mundo y a la OEA que tome cartas en el asunto», completó Kicillof.
Kicillof disertó junto con el canciller Héctor Timerman sobre «Reestructuración de la deuda soberana: el caso de Argentina y sus consecuencias sistémicas».
Timerman extendió el agradecimiento de Cristina Kirchner a la presidente de Chile, Michelle Bachelet, quien «durante su visita a los EEUU, expresó palabras contundentes» a favor de la posición argentina. Además, cuestionó al «grupo de personas a las que denominamos fondos buitre, que utilizando medios políticos, influencias políticas, medios de comunicación, acciones de lobby y medios financieros quieren controlar el sistema financiero internacional y adaptarlo a sus intereses».
«La Argentina quiere pagar la deuda, que quede claro desde el principio. El pueblo argentino hace diez años que está pagando la deuda. Porque los que pagan la deuda son los hombres y mujeres de todos los países del tercer mundo», expresó el ministro de Relaciones Exteriores argentino.
«El default es eliminar en un niño la esperanza de un futuro mejor. No es un problema teórico, es un problema práctico», subrayó Timerman. El funcionario consideró que la vía para que un Estado cumpla sus obligaciones debe «generar esa renta excedente para poder desendeudarse sin adquirir nueva deuda». Dentro de este concepto encuadró los canjes de 2005 y 2010. «El éxito de los fondos buitre es la ruina de nuestros países», sintetizó, y completó: «Vamos a negociar y no nos vamos a suicidar».
