La secretaria general de la Presidencia no solo vetó a cuatro nombres cercanos a la ministra, sino que además avanzó con su salida del Ministerio de Seguridad y desplazó a Luis Petri de Defensa. “No serán testimoniales”, avisó con crudeza al comunicar los cambios.
Bullrich, que esperaba consolidar su poder de cara a las elecciones de octubre, apenas logró ubicar dos candidatos: uno en la Provincia y otro en la Ciudad. Su principal armador, Pablo Walter, y figuras históricas como Gerardo Milman y Daniela Reich quedaron afuera por decisión de Karina. Tampoco prosperó la candidatura de Felicitas Beccar Varela, que fue descartada sin mayores explicaciones.
La movida expuso la pulseada interna: mientras Bullrich buscaba expandir su armado, la hermana presidencial la recortó para evitar que se proyecte como posible alternativa en 2027. La lógica de Karina es clara: neutralizar cualquier figura que pueda disputarle liderazgo a Javier Milei en el futuro.
El golpe es especialmente fuerte porque Bullrich mantiene altos niveles de imagen positiva y se ubica apenas unos puntos debajo del Presidente en las encuestas. Para muchos gobernadores libertarios, su candidatura era clave para sostener la competitividad del oficialismo en estas legislativas. Sin embargo, su espacio terminó debilitado y con un rol secundario en la campaña.
En paralelo, Karina consolidó su control sobre las listas: el reparto final benefició a su propio núcleo, a los Menem y a dirigentes cercanos a Santiago Caputo. El cierre confirmó lo que varios en el oficialismo ya intuían: en el universo Milei, la última palabra siempre la tiene “El Jefe”.
