Marchesini relató en el programa A la tarde (América) que Contardi evitaba tener propiedades a su nombre y que, en realidad, era Julieta quien manejaba los negocios y recursos económicos. “Todo lo que hacía de negocios era ella”, afirmó. También contó que de jóvenes tuvieron una relación que comenzó cuando Prandi bailaba en un boliche que Contardi tenía, tras lo cual se separaron, él se fue a España y tuvieron un hijo. Luego retomaron el vínculo al regresar a Argentina.
El testigo describió la relación como una situación de sometimiento y control: “Él no dejaba que se moviera para ningún lado. Ella no podía subirse a un auto, él la llevaba, la traía, manejaba el dinero, ella no podía hacer nada. En las reuniones, ella no podía hablar porque él la petrificaba con la mirada. La tenía sometida”.
Marchesini recordó además una cena con la pareja en la que percibió claramente el malestar de Julieta: “Si te juntás con alguien y tenés que estar midiendo tus palabras porque al otro le pueden caer mal, eso no es una relación”.
El caso continúa su curso y se espera la sentencia que podría marcar un hito en la justicia frente a casos de violencia de género.
