Fue 1-3 de local y se cortó un invicto de 13 partidos y dejó escapar la chance de descontarle a Banfield, que cayó en Jujuy. Luis Rodríguez emuló a Messi: la metió desde mitad de cancha y asistió a Píriz Alves para liquidarlo.
Independiente tuvo la desgracia de cruzarse con la Súper Pulga. Y no se trata de Lionel Messi: este es Luis Miguel Rodríguez, tucumano, el mismo al que Diego Maradona en algún momento citó para la Selección local. Al Rojo le faltó un insecticida para poder deshacerse de este bichito capaz de convertir desde la mitad de la cancha y de asistir a Píriz Alves para liquidar el partido en Avellaneda, cortarle el invicto de 13 encuentros a los de De Felippe y descontarle tres puntos a los de arriba de la zona del ascenso. Independiente, al contrario, dejó pasar esta gran oportunidad de sumar un triunfo en una fecha en la que Banfield, el líder, cayó en Jujuy.
El Rojo no supo cómo explotar la posesión. Los tucumanos le cedieron la pelota porque se dieron cuenta que, esperando, lo dejaba adelantar y, así, se podía salir rápido de contra y agarrar a la defensa mal parada. Y así fue como llegó el gol de Bazán: una pelota perdida, una salida veloz, un descuido y listo. Montenegro, Pisano e Insúa no hilvanaron juego y al local le faltaba vértigo. Apenas una que otra de Fernández, y nada más.
La Pulga salió al segundo tiempo con un gol -casi- desde el vestuario: otra mala salida del Rojo, el 7 vio adelantado al Ruso Rodríguez y sacó un zapatazo desde mitad de cancha para poner las cosas 2 a 0. Y si a los de Avellaneda les costaba entrar a una defensa firme, más aún si tenía que meter dos tantos cuando le costaba sólo uno. Así y todo consiguió el descuento vía Penco. Pero la Pulga, otra vez, apareció: asistió a Píriz Alves y cerró el 3 a 1.
Por ahora, no es para alarmarse lo del Rojo. Si bien acumula tres sin triunfos, con esta derrota cortó un invicto de 13 partidos. Pero tampoco puede relajarse: se viene la instancia final del torneo y cada punto es oro. Aquí el tema no es el resultado, si no el juego. Ante Atlético lo que faltó es explotar esa posesión, atacar con profundidad y decisión, ser más vertical y punzante. Se fue una buena posibilidad; sin embargo no es la única que tendrá en el camino. Pero deberá no dejarla pasar nuevamente.
