Las palabras de la Presidente definirán el futuro de la crisis. Durante toda la tarde de ayer, Oscar Parrilli no dejó de llamar a gobernadores, intendentes, ministros y sindicalistas identificados con el gobierno nacional para que asistan al acto por el Día de la Bandera. «Tenés que venir o venir, es una orden de la doctora», fue el mensaje que recibió un importante legislador oficialista.
El Gobierno, bajo la consigna «Patria o Buitres», aspira a colmar los alrededores del Monumento a la Bandera. Javier Grosman, conocido como «el ministro del relato», es el encargado de preparar una superproducción que será transmitida -una vez más- por cadena nacional.
Anoche Cristina Fernández pulía su discurso junto a Carlos Zannini tratando de dejar en claro tres ideas centrales:
1- Que no se va a «arrodillar» ante los denominados «fondos buitre».
2- Que el Gobierno quiere pagarles a los bonistas que reestructuraron la deuda, pero que el fallo de la Justicia de los Estados Unidos no se lo permite.
3- Que comenzará un movimiento internacional para solicitar a las Naciones Unidas (ONU) y a la Organización de Estados Americanos (OEA) que intervengan en esta disputa.
Algunos hombres del kirchnerismo, con aspiraciones a seguir en la vida política luego del 10 de diciembre del 2015, temían que el marco del acto de esta tarde pudiera llevar a la Presidente a radicalizar en demasía su discurso, restándole posibilidades al diálogo con los acreedores.
Aunque pasaron más de tres décadas desde del 10 de abril de 1982, aún muchos recuerdan cómo una multitud embravecida en la Plaza de Mayo hizo cambiar el plan original de la invasión militar a la Islas Malvinas y el dictador Leopoldo Galtieri provocó al gobierno inglés (que hasta ese momento estaba dispuesto a una salida negociada) con la tristemente célebre frase: «Si quieren venir, que vengan, les presentaremos batalla».
El otro momento de la historia reciente que daba vueltas por la mente de algunos dirigentes que siguen con preocupación la crisis, es el discurso de Adolfo Rodríguez Saá, el 23 de diciembre del 2001, anunciando la cesación de pagos. Los memoriosos recuerdan que las palabras del presidente interino recibieron una ruidosa ovación de los diputados y senadores presentes, y el apoyo público de importantes gobernadores peronistas de entonces como Carlos Ruckauf, José Manuel de la Sota y Néstor Kirchner.
