Tras casi una semana en Estados Unidos, el presidente Javier Milei regresó al país con un nuevo escenario económico y político. Durante su gira logró revertir la visión del sector financiero internacional sobre su gestión y obtuvo el apoyo explícito del gobierno de Donald Trump, que incluyó el inicio de negociaciones para un swap por USD 20.000 millones.
El anuncio, realizado por el Tesoro norteamericano, le dio al Presidente un aire de alivio hasta al menos el 26 de octubre, en medio de un contexto de creciente tensión política local.
“Lo que pasó ayuda a estabilizar los mercados, eso hace que la confianza se recupere”, señaló un integrante del Ejecutivo apenas se conoció el respaldo de Estados Unidos. Otro funcionario, cercano al despacho presidencial, sostuvo que las últimas actividades del mandatario le otorgaron al oficialismo “un motivo más para confiar en la gestión”, y se animó a remarcar: “En las elecciones nacionales se puede ganar”.
Euforia en Balcarce 50 y condiciones políticas
La noticia fue recibida con entusiasmo en la Casa Rosada. “Veníamos de un lapso donde nos entraban todas las balas juntas”, graficó un dirigente libertario en alusión a las derrotas en el Congreso y al revés electoral de La Libertad Avanza (LLA) en la provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, el apoyo financiero vino acompañado de un pedido concreto desde Washington: que Milei logre mantener estabilidad política y control legislativo.
En las últimas semanas, el oficialismo tensionó su vínculo con los gobernadores al decidir competir en varias provincias con lista propia, lo que generó desconfianza entre antiguos aliados. Esa estrategia tuvo un costo directo en el Congreso: el Gobierno perdió votos clave para sostener los vetos presidenciales, como ocurrió con las leyes de Emergencia en Discapacidad y del Hospital Garrahan.
El desafío con los gobernadores
Ahora, la prioridad será recomponer la relación con los mandatarios provinciales y con los bloques dialoguistas. No será sencillo: un sector de gobernadores conformó el frente Provincias Unidas, que busca posicionarse como un espacio político alternativo tanto al kirchnerismo como al oficialismo. “Ya está todo sobre la mesa, es complicado”, reconoció una fuente del Ejecutivo.
Aun así, algunos mandatarios buscan despejar suspicacias: “No hay que comerse los amagues de la dialéctica de la época electoral. El diálogo con Nación nunca se perdió. Pero la campaña es la campaña”, remarcaron desde el entorno de un gobernador que supo tener buena relación con LLA.
Consejo de Mayo: primer test de diálogo
En este contexto, el primer acercamiento institucional será el próximo lunes, cuando el ministro del Interior, Guillermo Francos, encabece la reunión del Consejo de Mayo. Allí se espera la participación de representantes del Congreso, gobernadores, sindicatos y empresarios, en un intento por reabrir puentes de diálogo y evitar nuevos tropiezos legislativos.
El respaldo financiero externo calmó el frente económico inmediato, pero el verdadero desafío del Gobierno será político: llegar a las elecciones nacionales con un mínimo de gobernabilidad asegurada.
