La novedad de estas elecciones será el debut de la Boleta Única de Papel (BUP), que tiene la particularidad de estar dividida en espacios horizontales para cada una de las categorías de cargos electivos (en este caso, diputados y senadores) y en columnas verticales para cada agrupación política que cuente con listas oficializadas. Ya no se usará en elecciones nacionales la boleta partidaria tradicional.
La mayoría de las provincias tiene solo una categoría para elegir (Diputados), pero en las ocho restantes (Ciudad de Buenos Aires, Chaco, Entre Ríos, Neuquén, Río Negro, Salta, Santiago del Estero y Tierra del Fuego) también se votarán representantes para el Senado. En estos casos, hay dos filas separadas donde el votante deberá marcar la opción deseada.
Entre los datos más destacables, ya no hay cuarto oscuro: cada mesa de votación tendrá dos biombos para que el votante marque la boleta. Puede haber dos electores votando al mismo tiempo, uno en cada cabina.
Las mesas de votación pueden instalarse en pasillos o lugares abiertos, ya no son exclusivas las aulas. Esto se debe a que, al necesitarse solo un biombo para separar, bien pueden ubicarse en otros espacios que antes, resultaba imposible.
Tampoco hay más sobres: la boleta debe plegarse sobre sí misma antes de ser colocada en la urna.
