En solo dos días, la solidaridad de la gente que brotó tras la difusión del caso hizo que el hombre recupere el dinero invertido.
Un vendedor callejero había recibido el pedido más grande de su vida en Monterrey, México, y se esmeró para cumplir con la cantidad de mercancía requerida: nada más y nada menos que 1500 manzanas caramelizadas.
Lleva 35 años en el negocio, quizás por eso pudo cumplir con los plazos y tener todo listo para entregárselo a su cliente.
Sin embargo, la respuesta del otro lado lejos estuvo de ser la esperada. “Me comentaron que no las querían y luego me dijeron: ‘A ver cómo hacés para venderlas’”, contó.
Con lo que contaban los malvados bromistas, es que Luis (el hijo del vendedor) compartiría en las redes su situación buscando vender aunque sea una parte de la mercadería, pero los usuarios harían lo suyo difundiendo el caso y llevándolo a todo el mundo.
Fue así que se viralizó y los pedidos comenzaron a llegar de a montones, logrando vender todo en solo dos días.
“Vendimos todo, pero todavía sigo teniendo pedidos para responder. Me llamaron desde distintas ciudades para tratar de ayudarme. Empezaron a llegar tantos encargos que no lo podemos creer. Tuvimos pedidos hasta de Nicaragua”, sostuvo el vendedor callejero mexicano.
