Tras un primer tiempo para olvidar, Independiente llegó al empate como local frente a Boca Unidos de Corrientes con un gol del paraguayo Fernández y hasta pudo ganarlo en el final. Volvió a quedar en deuda en el juego pero alcanzó a Defensa y Justicia en el segundo puesto.
Todavía se escuchaba el eco del pitazo inicial, jugada brillante de Insúa, mano a mano Parra contra el arquero. Pero no entró. Después Montenegro y otra más del delantero, pero salvó Gullota. Independiente arrancó para comerse crudo a Boca Unidos pero al ver que no podía meterla cayó en el juego del equipo correntino. Mejoró en la segunda mitad, llegó al empate y hasta pudo haberlo ganado pero el empate le terminó quedando justo al encuentro.
Los problemas arrancaron en la mitad de la cancha, con Escobar ganándole el duelo a Alderete. De un lado, Insúa fue de mayor a menor y Pisano estuvo apagado. Del otro, Israilevich se agrandó y Raymonda clavó el 1-0 con una vaselina deliciosa que dejó al Libertadores boquiabierto. Como si los nombres de ambos equipos se hubieran puesto en acción durante el partido. Mientras Boca era una suma de esfuerzos, de unidad, Independiente apenas dependía de individualidades que ni siquiera tenían su mejor noche.
El Rojo mejoró en el complemento y se fue contra el arco de Gullota con más empuje que otra cosa. Montenegro mantenía la ilusión encendida con disparos lejanos y haciendo jugar a los suyos. Pero lo secundaban poco. Encima, cuando Parra tuvo el empate con una chilena circense, el travesaño le dijo que no. Parecía que todo acababa con Boca sumando su cuarto triunfo en la temporada pero De Felippe mandó a la cancha a Adrián Fernández y, en la que tuvo, el paraguayo clavó el 1-1.
El punto vale para Independiente. Por cómo se dio el partido y porque le sirve para alcanzar a Defensa y Justicia en la segunda posición. El equipo de De Felippe fue de menor a mayor y eso vale. Crece a los golpes. El próximo objetivo debe ser jugar los 90 de la misma forma.
