Independiente fue una lágrima ante Atlético Tucumán, y no se comió una goleada de milagro. Galíndez abrió la cuenta con un golazo, y amplió Morel. Pisano descontó pero no alcanzó. Brindisi lleva dos puntos en cuatro partidos, y le queda poca vida en el Rojo…
Volaron cañitas por doquier en Tucumán. Porque Atlético fue una fiesta, le pegó un baile de antología a Independiente, que no terminó en goleada por las manos del Ruso Rodríguez. Un 2-1 mentiroso, que se consumó con una inmensa aparición de fuegos artificiales que partieron desde la tribuna del Decano.
Atlético hizo todo bien. Aprovechó el marcado nerviosismo que desprendían los jugadores del Rojo y, con orden, supo vulnerar una y otra vez la endeble defensa de los de Brindisi. Lujo de Edgardo Galíndez para el 1-0, y definición contundente de Morel en el segundo, para terminar festejándolo tirando dos cañitas al aire.
Lo más preocupante de Independiente es, a pesar de estar 0-2 abajo y solamente vivo por su arquero, no atinó a reaccionar, a cambiar la actitud y, aunque sea, a buscar con el corazón. Se terminó encontrando con un gol de Pisano por una mala de Lucchetti, pero jamás insinuó acercarse a la posibilidad del empate. Muy pobre.
Con una nueva caída, Independiente se pasea por la B Nacional con dos empates y dos derrotas. Sí, un comienzo inesperado, que lo limita a tener apenas dos puntos sobre doce en juego. Brindisi sabe que está en la cuerda floja, y tendría los días contados en el club.
La crisis no tiene fin
Brindisi no confirmó su continuidad y todo suena a fin de ciclo: podría renunciar mañana mismo. ¿Y ahora? Suenan Monzón, De Felippe y Pepe Romero.
Miguel quemó las naves en ese segundo tiempo frenético de un Independiente ciego que en 45 minutos no pudo borrar un primer tiempo que dio vergüenza ajena. Su equipo fue a empatar o morir y murió, en una muerte lenta y dolorosa que parece haber consumido las últimas energías de un buen entrenador y gran persona que es sin dudas la primera víctima de una crisis que hizo eclosión anoche en Tucumán. La reacción de Independiente no llega a confundir: estuvo mucho más cerca de la goleada que del empate, y es la misma película del descenso tan temido que tiene su segunda parte de la zaga en la B Nacional.
No se puede hacer mucha referencia a lo futbolístico, porque el equipo no es otra cosa que el reflejo de un club con una conducción cuestionada y confundida, que se desgastó en una lucha contra la violencia sin darse cuenta de que la historia se le estaba yendo por el inodoro.
Miguel se fue de la cancha de Atlético de Tucumán con la mirada hundida en el más allá. Hasta el descuento de Pisano llegó tarde, cuando las cartas estaban echadas. Miguel entró al vestuario con su futuro incierto y el pasado reciente demasiado pesado: dos puntos sobre 12, en el pozo de la tabla y con un promedio que lo ubica en zona de B Metro … Quizá lo más preocupante es un equipo errante y sin rumbo, sometido al desorden como bandera, que comete errores de principiante que sólo se explican en el caldo de esta crisis. Simplemente porque no se puede jugar tan mal.
Los alrededores del vestuario del Rojo reinaba el desconcierto. Miguel no esquivó el bulto y habló, pero repitió demasiado la palabra “reflexión”, que utilizó hasta para hablar de su continuidad. “Fuimos superados, el equipo tuvo voluntad pero no estuvo claro. Está complicado el panorama. Ahora hay que analizar profundamente”.
-¿Te ponés un plazo, vas a continuar?
-Hay mucho que reflexionar, muchachos …
Suena mucho a un entrenador que en su interior renunció o que piensa hacerlo en las próximas horas. La dirigencia no tiene pensado un despido liso y llano, teniendo en cuenta que todavía le está pagando a Gallego, Ramón Díaz y Cristian Díaz. Pero en el discurso de Miguel -todo un señor- suena a fin de ciclo. Sin el convencimiento de semanas atrás de que podría dar vuelta el barco. Cantero le dijo que no quiere que se vaya, pero Miguel sabe que el resto de la CD no lo apoya. Así, Brindisi podría renunciar mañana mismo. Y la danza de nombres que días atrás habían comenzado (De Felipe, Romero y Pedro Monzón), volverán a aparecer. Nocaut técnico.
