A poco más de una semana de su apertura, el refugio Casa Esperanza, ubicado sobre calle Yrigoyen 975, alcanzó su capacidad máxima, alojando a 16 personas en situación de calle que encuentran allí un lugar seguro para pasar la noche, junto con comida caliente.
Este espacio, inaugurado el 7 de julio y ubicado frente al Hospital Regional, fue creado para responder a la creciente emergencia habitacional en la ciudad, ofreciendo no solo refugio temporal sino también una oportunidad para la recuperación y reinserción social de sus usuarios.
El pastor Ariel Sortano, responsable del refugio, explicó que si bien la mayoría son varones, también hay mujeres que buscan ayuda: «Estamos en el cupo máximo: 14 y dos que van a ingresar, 16» dijo a Prensa Nativa.
La mayoría de las personas atendidas enfrentan la imposibilidad de pagar alquileres ni servicios debido a la «falta de trabajo, la gente no logra pagar un alquiler, mucho menos los servicios, y termina viviendo en la calle».
«La idea es que estén bien, que coman, que se bañen, que duerman» agregó. El funcionamiento del refugio se basa en una rutina estricta: los residentes ingresan por la tarde, reciben comidas, pueden bañarse y dormir en un ambiente seguro; por la mañana se retiran para permitir el mantenimiento del espacio y regresan por la tarde.
Algunos jóvenes recurren al refugio tras haber sufrido violencia o enfrentar problemas de consumo, lo que en muchos casos los ha llevado a perder sus vínculos familiares.
