El nuevo gabinete: nace de la crisis, corre al presidente y mueve el foco de la interna a CFK y Massa

Las nuevas medidas de los últimos días dejaron a la vista algunas desprolijidades, señales hacia el exterior y dardos al FMI. Una de ellas también es el relegamiento de Alberto y la concentración de poder…

sábado 30/07/2022 - 9:21
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Las nuevas medidas de los últimos días dejaron a la vista algunas desprolijidades, señales hacia el exterior y dardos al FMI. Una de ellas también es el relegamiento de Alberto y la concentración de poder en funcionarios cristinistas.

Los más de 21 días de Silvina Batakis al frente del ministerio de Economía dejaron en evidencia muchos inconvenientes sobre la suba del dólar y la trepada de los precios en menos de un mes, que aseguran que en julio será cercana al ocho por ciento. Otro de los motivos fue el de la la reactivación de la idea abortada en las horas de tensión y de operaciones que siguieron a la renuncia de Martín Guzmán.

Muchos afirman que la llegada de Massa a Economía es «la última carta», en donde tiene una doble mirada: el realismo de que todo salga bien y el miedo de que nuevamente se descontrolen las cuestiones de la inflación y el dólar.

Lo primero a tener en cuenta es el nombramiento como «superministro» que recibió el ex candidato a presidente, mediante el conjunto de funciones en Economía, Producción y Agricultura. Y Esto no le resulta positivo a la vicepresidenta y su entorno.

Según señaló Infobae esta mañana, la reestructuración del Gabinete trasciende el plano interno. Genera hechos increíbles y otros por ahora no evaluados. El mal trance provocado a Batakis, cuando embarcaba en Washington luego de haber sido enviada para prometer el compromiso de ajuste, quiso ser enmendado con un mensaje de Alberto Fernández al FMI. Fue difundido como una comunicación directa con Kristalina Georgieva. El Fondo lo desmintió. Tarea complicada la que debe encarar otra vez Jorge Argüello, más allá de los contactos que cultiva Massa.

Otro tema que no es para nada menor es que quedan a la vista de todos el conjunto de renuncias en orden cronológico: las de Martín Guzmán, Gustavo Beliz y Julián Domínguez. Probablemente los mencionados eran los más destacados de Alberto Fernández con el papa Francisco. El Presidente y sus voceros siempre destacaron la relación con el Papa por su valor específico y por la línea que tendía ese vínculo con Joe Biden y, también, con Kristalina Gerogieva. El tema no pasa inadvertido para políticos experimentados. Se verá qué estribaciones tiene.

Por lo pronto, el Presidente registra otras preocupaciones. Al menos, seguramente, son evaluadas por el círculo cada vez más reducido de Olivos. La dolida renuncia de Beliz escribió el último capítulo. Fue una de las consecuencias. Las otras señales potentes hay que buscarlas en el modo en que se precipitó la nueva crisis doméstica. Y allí se anotan el largo proceso de esmerilamiento motorizado por CFK, el juego propio de Massa, los reclamos de la CGT -de los jefes considerados amigos-, las demandas de movimientos sociales aliados y, como factor interno destacado y ya sin intermediarios, el planteo de los gobernadores del PJ. A eso se sumaron mensajes desde el mundo empresarial, con guiños a la designación de Massa.

Y está claro que ante el clima de tensión que se vive desde lo económico y lo social, el nuevo “superministro” tendrá en sus manos la definición de nuevas medidas al arribar a este nuevo gabinete. La mayoría de las decisiones apuntan al dólar y a la inflación, pero hay otros hechos que tienen que con el escenario político. ¿Se sumará al repetido intento de construir un enemigo destituyente o “golpista”, que vuelve a colocar al sector agropecuario en la mira? ¿Buscará tender puentes con la oposición? ¿Avalará la carga contra la Corte Suprema?

El lunes que viene, apenas antes de que inicie formalmente su gestión en el Ejecutivo, comienza una etapa decisiva en la causa Vialidad, hoy la mayor preocupación de CFK en el frente judicial. La ex presidente, procesada por el direccionamiento de la obra pública, ha sido especialmente dura en la descalificación de este caso. Y lo suma a su ofensiva más amplia. Hace apenas diez días, difundió un texto y un video como última entrega contra la Corte. Alberto Fernández se sumó en la misma línea. No será tema estricto de Massa, pero es un desafío para el discurso que despliegue sobre el marco político de la crisis.

Massa tiene planes políticos propios y por supuesto no era ajeno a la suerte general del Gobierno: todas las encuestas, con diferencias de unos pocos puntos, lo anotan con imagen negativa alta. El manejo del área económica le abre el paño para una apuesta fuerte hacia el 2023, si logra contener la economía. No es el único tema: vuelta a la política.

Esa también es una cuestión evidente para CFK. El recelo ante la definición de “superministro” es una muestra. Más clara es la definición sobre la necesaria aprobación del “rumbo” económico, sin muchas precisiones, pero con carga condicionante después del deterioro causado en continuado al Presidente. De manera efectiva, suena además la confirmación del área de Energía como territorio kirchnerista. Y una pregunta, final: ¿por qué Cristina Kirchner cedería ahora a Massa todo el terreno negado a Alberto Fernández? El temor al abismo de la crisis es un reflejo potente. Se verá cómo opera en la relación con el nuevo ministro.

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