El estimador mensual disminuyó 5% en el último mes respecto de un año antes, y 0,2% en comparación con abril. Fue la retracción más pronunciada desde enero de 1979. Las consultoras privadas habían calculado un receso notablemente más marcada.
El cuadro recesivo se sostuvo en junio, no sólo cotejado con el nivel que mostraba doce meses antes, sino también frente al ya debilitado ritmo de mayo, según se desprende de las expectativas empresarias que recogió el organismo oficial de estadística.
La consultora Orlando Ferreres ya había anticipado un receso en mayo de 7,4% y FIEL acaba de difundir su cálculo de una contracción de 7,9%. El común denominador fue la sustantiva merma de la actividad de las terminales automotrices, 35,3%, según el Indec, y las ramas conexas, como la baja en la elaboración de cementos y otros materiales para la construcción, y en menor medida la metalmecánica, la producción de lácteos, textiles, manufacturas de plástico, aluminio primario, textiles y papel y cartón.
Se trata de un proceso recesivo casi continuado en los últimos doce meses en forma intermensual, con algunas breves interrupciones que no cambiaron la tendencia de fondo.
Como consecuencia de ese proceso la contracción acumulada en los primeros cinco meses del año se acentuó a 3,8% para el Indec; 3,9% para el estudio Ferreres y 4,4% para FIEL.
Presupuestos recesivos para el corto plazo
Las previsiones de los empresarios para el corriente mes que recogió el Indec indicaron que 10,6% de los casos venderán menos al mercado interno y sólo 5,5% proyectó incremento. De ahí surgió un saldo negativo de 5,1% de los consultados.
Del lado del intercambio comercial el escenario se planificó más auspicioso para los exportadores, con un saldo positivo de 9,2% de las empresas, pero aún más debilitado para los importadores 7% de los casos, tanto por efecto del perjuicio que genera el cepo cambiario, como por la persistencia de reducción de los programas de producción.
La consecuencia neta de ese cuadro derivó en la planificación de la reducción de la nómina laboral, que se suma a la ocurrida a lo largo de los primeros cinco meses, ya que 3,8% de las manufacturas prevé baja de la dotación, en contraste con apenas 0,3% que presupuestó expandirla.
El impacto se proyectó más inquietante para el salario de bolsillo de los trabajadores, porque producto de las suspensiones y eliminación de las horas extras en forma generalizada, el Indec midió que 13,4% de las empresas recortará la jornada laboral y sólo 3,3% indicó que las aumentará.
En el caso de las entidades privadas, FIEL estimó que «hacia junio, tanto la refinación de petróleo como la actividad siderúrgica, junto con una menor incidencia de restricciones en el aprovisionamiento de gas a sectores industriales intermedios en comparación con lo ocurrido en junio de 2013, podrían contribuir a provocar una mayor caída de la actividad manufacturera».
Además, agregan los economistas de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas que «en los próximos meses, a los desafíos sectoriales en la producción de automotores, siderurgia y metalmecánica se suma la incertidumbre sobre el resultado de la negociación con los holdouts. Un escenario de resolución evitaría un agravamiento de la restricción externa de la Argentina».
Mientras que el estudio Ferreres consideró que «la expectativa es que el conjunto industrial continúe mostrando caídas afectado principalmente por las menores ventas de autos en el mercado local y externo».
En ese punto, los técnicos de FIEL estiman que «el reciente anuncio del plan Pro.Cre.Auto, si bien la meta a alcanzar de 750 mil unidades de producción a la que el programa de créditos apunta contribuir es más modesta que las 850 mil esperadas de producción para 2013 ó las 791 mil unidades producidas efectivamente en el año, luce optimista si se tiene en cuenta que las ventas al mercado local de vehículos nacionales alcanzó unas 358 mil unidades en 2013, lo que representó sólo el 46% de la producción total. Así, si bien el programa contribuirá a elevar las ventas y reducir los stocks de las terminales, aún subsiste el interrogante de si será capaz de alentar la recuperación de la producción».
De ahí que la capacidad desaprovechada en los establecimientos industriales de casi 30% en mayo último, tres puntos porcentuales más que un año atrás, continuará en ese rango en los próximos meses, con cuadros críticos de 50% en la industria terminal automotriz, y de más de 30% en la rama de la alimentación, productores de caucho y pl´´astico y en las manufactruras de tabaco.
