El huracán Irene que azota la costa atlántica norteamericana ya dejó a su paso un saldo de diez muertos y esta madrugada llegó a las costas de Nueva York.
En la mayoría de los casos las víctimas fatales fueron golpeadas por árboles, ramas, escombros u otros restos que salieron volando por los aires a raíz del fenómeno, informó la prensa local, según consignan las agencias de noticias DPA y Ansa.
Sólo en Carolina del Norte murieron cinco personas y en el vecino estado de Virginia se registraron otras tres víctimas.
En Queenstown, estado de Maryland, una mujer perdió la vida después de que un árbol golpeara la chimenea de su casa y hundiera el techo, y en Florida por Irene murió un surfista de 55 años.
El huracán, en tanto, tocó las costas de Nueva York esta madrugada y hay estado de emergencia en toda la costa oriental del país.
«El borde del huracán se encuentra sobre nosotros», dijo Michael Bloomberg, alcalde de Nueva York, quien volvió a pedir a los ciudadanos que «permanezcan en casa y no pongan sus vidas en peligro».
En una rueda de prensa emitida en directo por televisión, Bloomberg pidió a los neoyorquinos que se queden en casa hasta que las condiciones meteorológicas mejoren.
Nueva York presentaba esta mañana un aspecto espectral, las calles estaban desiertas y los rascacielos poco iluminados.
Según el Centro Nacional de Meteorología estadounidense, el huracán Irene, de categoría 1, tiene epicentro a 64,37 kilómetros de Nueva York y los vientos llegan a 136 kilómetros por hora.
