En uno de los momentos más delicados desde que comenzó la gestión, el Gobierno nacional consiguió generar alivio en los mercados con dos anuncios estratégicos: la eliminación temporal de las retenciones al campo hasta el 31 de octubre y el respaldo explícito del Tesoro de los Estados Unidos. Las medidas provocaron una inmediata caída del dólar, una baja en el riesgo país y fuertes subas en las acciones argentinas que cotizan en Wall Street.
Los anuncios se dieron a conocer antes de la apertura de los mercados y lograron el efecto deseado: calmar la presión cambiaria y despejar, al menos en el corto plazo, los temores de default. En el caso de las retenciones, la medida alcanza únicamente a los primeros USD 7.000 millones liquidados, lo que asegura que las cerealeras ingresen parte de los dólares pendientes de la última cosecha.
El impacto se reflejó de inmediato. El dólar oficial retrocedió de $1.515 a $1.430, una baja cercana al 6%. El dato más relevante es que el Banco Central no intervino, después de haber perdido USD 1.100 millones en las tres jornadas previas. Con ello, se logró frenar el drenaje de reservas, aunque el costo fiscal se estima en unos USD 1.800 millones por menor recaudación.
La segunda señal provino desde Washington. El secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, afirmó que su país hará “todo lo que sea necesario” para respaldar a la administración de Javier Milei. Ese guiño fue suficiente para impulsar una recuperación en los bonos argentinos, con alzas de hasta 18% y un descenso del riesgo país, que perforó los 1.100 puntos básicos tras haber superado los 1.400 en la víspera.
La jornada también mostró un rebote en las acciones argentinas en Wall Street, con incrementos de hasta 25% en los bancos y subas importantes en papeles del sector energético. Sin embargo, el repunte se da tras fuertes caídas, y en lo que va del año los títulos líderes aún acumulan pérdidas cercanas al 40% en dólares.
El desafío ahora es sostener la calma. Analistas remarcan que el futuro dependerá en buena medida del resultado electoral. Una nueva derrota amplia frente al kirchnerismo, como la ocurrida en las legislativas bonaerenses, podría reavivar las dudas de los inversores sobre la gobernabilidad y generar una nueva ola de ventas masivas.
Por lo pronto, el Gobierno logró ganar tiempo con dos jugadas clave que combinan alivio fiscal para el sector agroexportador y respaldo internacional. El interrogante que queda abierto es si ese respiro alcanzará para recuperar la confianza en el largo plazo.
