El Gobierno definió postergar reformas estructurales para luego de las elecciones nacionales de medio término. El objetivo, según pudo saber TN, es conseguir un Congreso más amigable a la hora de discutir proyectos.
La estrategia de la Casa Rosada se rearmó luego del fin de las facultades delegadas, que vencieron a principios de julio. Y, para evitar traspiés en el Congreso, prefieren mantener en carpeta la reforma laboral, impositiva y los cambios en el Código Penal, Procesal y Civil.
“A partir del 11 de diciembre nuestra posición va a ser distinta”, aseguraron en Balcarce 50. Si bien saben que deberán seguir negociando con la oposición y los dialoguistas porque no podrán obtener una mayoría independiente, esperan tener un mejor número de legisladores que ahora.
