Luego de un inicio de año marcado por la caída en los niveles de aprobación y cierta incertidumbre en las encuestas, el gobierno nacional retomó impulso con un conjunto de medidas económicas y una estrategia comunicacional más definida.
Entre las acciones destacadas se encuentra la eliminación del cepo cambiario y la implementación de un sistema de flotación controlada del dólar, lo cual fue presentado por el oficialismo como parte de un plan integral anticipado. Desde el Ministerio de Economía, conducido por Luis Caputo, se aseguró que estas políticas estaban diseñadas desde hace ocho meses, en un intento por responder a quienes señalaban una presunta improvisación ante la caída de reservas del Banco Central.
A esto se suma un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que apunta a estabilizar la macroeconomía y reforzar la credibilidad del gobierno ante los mercados.
En paralelo, el Ejecutivo desplegó una estrategia comunicacional de alto perfil, evitando términos como “devaluación” y reafirmando su compromiso con la reducción de la inflación. Según el asesor presidencial Santiago Caputo, “se controla la agenda con los hechos, con narrativa solo no alcanza”, destacando así la intención del gobierno de alinear discurso y acción.
Estas decisiones se enmarcan en un estilo político confrontativo y directo, característico del presidente Javier Milei, que busca reforzar su vínculo con su electorado y marcar diferencias con sectores críticos de la oposición.
Con estas medidas, el gobierno intenta retomar el control de la agenda económica y política, en un contexto de alta demanda social por resultados concretos.
