El FMI ya trabaja en un segundo waiver consecutivo para la Argentina por la falta de acumulación de reservas

El FMI otorgará un «waiver» a la Argentina y desembolsará u$s1.050 millones correspondientes al programa que el país mantiene con el organismo.

lunes 15/12/2025 - 13:21
Compartí esta noticia

En los pasillos de Washington, fuentes de la burocracia interna del Fondo Monetario Internacional (FMI) dan por descontado que el organismo concederá un segundo waiver consecutivo por inobservancia de la meta de reservas netas internacionales (RIN) en las próximas dos semanas.

Según estas fuentes, la dispensa se aprobaría en paralelo a la próxima revisión del programa de Facilidades Extendidas, lo que habilitará un desembolso de aproximadamente u$s1.050 millones (763 Derechos Especiales de Giro), previsto para el 23 de enero de 2026.

La portavoz Julie Kozack admitió la última semana que cumplir la meta de reservas de fin de año “será un desafío”, aunque evitó referirse explícitamente a un nuevo waiver. Sin embargo, según pudo saber Ámbito, el staff técnico ya asume que el Banco Central no alcanzará los objetivos pactados –ya flexibilizados en revisiones anteriores– y recomienda un sendero “más ambicioso” de acumulación para 2026, sustentado en políticas monetarias y cambiarias consistentes.

Este sería el segundo perdón consecutivo por reservas en el programa vigente: el primero se otorgó a mediados de 2025, cuando se recortó sustancialmente la meta anual. En los hechos, el Fondo reprime dos cuestiones que considera simbióticas: una política monetaria errática, con desvíos recurrentes en los agregados (M2 privado transaccional y activos domésticos netos del BCRA), y proyecciones insatisfactorias en la acumulación de divisas.

¿Qué pasará con la deuda con el FMI?
¿Qué pasará con la deuda con el FMI?

En lenguaje llano, el organismo no está dispuesto a convalidar un déficit crónico en cuenta corriente ni una apreciación cambiaria sostenida por flujos financieros y de capital en detrimento de la competitividad externa.

Lo prometido es deuda y más deuda

En el marco del programa aprobado en abril de 2025, el BCRA adoptó un esquema basado en agregados monetarios, con el M2 privado transaccional como variable objetivo y un sendero restrictivo proyectado en torno a los $65,8 billones para diciembre. El propósito era respaldar la demanda de dinero, contener ventas de divisas y anclar la desinflación en un régimen de mayor flexibilidad cambiaria. Los desvíos observados –vinculados a expansiones monetarias por encima de lo previsto o intervenciones inconsistentes– han contribuido a la fragilidad externa al no generar condiciones para una acumulación genuina de reservas.

Por otro lado, la delicada situación externa no ha variado sustancialmente, tal como advertimos en una nota previa sobre el swap de monedas con Estados Unidos por hasta u$s20.000 millones, calificado como “flojo de papeles” por su comprometida viabilidad jurídica. El acuerdo firmado en octubre entre el BCRA y el Tesoro estadounidense a través del Exchange Stabilization Fund carece de la autorización explícita del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal. Esta ausencia no es menor: para que un swap sea plenamente operativo requiere preaprobación del FOMC y ratificación de cada giro, secuencia que aquí se omitió. En consecuencia, la Fed conserva el derecho de denegar solicitudes de divisas de manera unilateral, convirtiendo el compromiso en potencialmente revocable.

Desde el punto de vista normativo, los $20.000 millones resultan “indefendibles” bajo la ley de la Fed y el marco del ESF sin contrapartes sólidas o aval expreso del congreso estadounidense, configurando una extralimitación del Tesoro. Hasta el momento solo se activaron u$s2.500 millones.

Tanto en Wall Street como en el propio equipo económico argentino predomina la convicción de que el saldo restante no será utilizado. Se lo califica más como una “línea contingente testimonial” –un gesto político del Tesoro para estabilizar momentos clave– que como un respaldo efectivo y sostenido, con restricciones que lo tornan inviable para giros masivos. En rigor, el presidente Javier Milei reconoce los riesgos del endeudamiento. Para confirmarlo allí está la declaración de hace algunos días: “No comparto el endeudamiento que hizo Macri (con Caputo) sin sanear las cuentas fiscales”. Con esa frase, el mandatario reconoce implícitamente que el actual entusiasmo por endeudamiento soberano y subsoberano no resulta sostenible en el tiempo, en un contexto de escasez de dólares y dependencia de flujos financieros volátiles.

El límite protocolar en los waiver del FMI: el precedente de 2001

Aunque no existe una norma estatutaria que prohíba expresamente más de dos waivers consecutivos por la misma meta cuantitativa clave (como las RIN), en la práctica protocolar del FMI se evita conceder dispensas reiteradas sin correcciones estructurales profundas, a fin de preservar la credibilidad del programa. Este criterio se sustenta en precedentes históricos: en diciembre de 2001, ante incumplimientos persistentes en metas fiscales y de reservas bajo el Stand-By Arrangement, el Fondo suspendió un desembolso clave de u$s1.260 millones para la Argentina. Aquella decisión aceleró la profundización de la crisis argentina, que derivó en default y el fin de la convertibilidad.

Fuentes del organismo y analistas coinciden en que, a pesar de la subordinación del FMI ante el Tesoro de los Estados Unidos, un tercer waiver consecutivo por la misma meta se interpreta como un límite informal que podría llevar al Fondo a “soltar la mano” del país, obligando a ajustes abruptos como una devaluación significativa.

Modelos econométricos de la burocracia de Washington y algunos brokers en Wall Street estiman un tipo de cambio nominal de equilibrio entre $1.750 y $2.000, con intervalo de confianza del 99%.

Otro foco inmediato de tensión es el vencimiento de bonos globales y bonares (principalmente AL29, AL30, GD29 y GD30) por cerca de u$s4.300 millones el próximo 9 de enero, que incluye amortizaciones de capital e intereses. Fuentes del Ministerio de Economía confirman que aún se trabaja intensamente en la ingeniería financiera para cubrir este compromiso sin afectar significativamente las reservas. El Tesoro viene de colocar recientemente cerca de u$s1.000 millones con el Bonar 2029N (tasa 9,26%), destinados parcialmente a refinanciar estos pasivos, pero resta cubrir el saldo mediante repos con bancos internacionales (ofertas por u$s6.000-7.000 millones), canjes voluntarios o líneas multilaterales.

Por el momento predomina la laxitud: el staff del FMI observa tranquilidad en estas gestiones y no anticipa problemas inminentes. Sin embargo, el muro de vencimientos 2026 ya genera incertidumbre. Por ejemplo el banco suizo UBS advirtió que Argentina enfrenta un “difícil perfil de vencimientos de deuda externa en 2026”, con obligaciones por u$s17.800 millones. El desglose incluye u$s8.400 millones en bonos soberanos, u$s4.300 millones al FMI, u$s4.200 millones a organismos multilaterales y u$s900 millones a acreedores locales.

Este muro financiero, junto a reservas aún frágiles, refuerza la presión sobre la necesidad de acumular dólares genuinos y lograr un reingreso sostenido a los mercados voluntarios de crédito. En síntesis, el FMI valora la estabilidad macroeconómica alcanzada –superávit fiscal primario, fuerte desinflación–, pero insiste en que la acumulación de reservas resulta indispensable para una salida ordenada del programa y un retorno duradero al financiamiento externo. Sin dólares genuinos y con una política monetaria que aún exhibe inconsistencias en sus agregados, el programa transita por aguas turbulentas.

Aparecen en esta nota:
#FMI
Compartí esta noticia