Como es habitual en el Cine Teatro Español, esta propuesta presenta la más variada gama de géneros. Esta vez es un drama de origen argentino, francés e italiano, del año 2011, con una hora y 25 minutos de duración y apto para mayores de 16 años. Lo dirige Hernán Belón, guionista a su vez junto a Valeria Radivo. Los protagonistas son Leonardo Sbaraglia y Dolores Fonzi.
El largometraje es producido por Joanna D’Alessio, el propio Belón, Giorgio Magliulio, Luciano Stella y Thierry Lenouvel, con fotografía de Guillermo “Bill” Nieto, la dirección de arte de Walter Cornás, sonido de Fernando Soldevila, música de Antonio Fresa y Luigi Scialdone, montaje de Nathalie Cristiani y reparto actoral de Matilda Manzano, Pochi Ducasse y Juan Villegas, además de los mencionados Sbaraglia y Fonzi.
Los días 31 de julio y 1, 7 y 8 de agosto, se exhibe el primer largometraje del guionista y director. En el mismo, Elisa y Santiago compran una casa en el campo y se instalan allí junto con su pequeña hija, para pasar unos días en familia, rodeados de la naturaleza. Santiago hace planes de mejorar la casa, sale de caza, explora el campo. Elisa en cambio se siente intranquila, nerviosa. Las cosas entre ellos no están bien. La tensión va en aumento y las discusiones se vuelven cada vez más fuertes y violentas. La niña llora y es una carga, y el campo se vuelve hostil. Definitivamente nada es como esperaban cuando planearon la estadía. En su búsqueda, Santiago y Elisa encontrarán más de lo que están preparados para soportar.
El director
Belón nació en Buenos Aires en 1970. Es egresado de la ENERC (Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica). También estudió Licenciatura en Publicidad en la UNLZ (Universidad Nacional de Lomas de Zamora) y Actuación en el Estudio de Augusto Fernandes. Se ha desempeñado profesionalmente como director, productor ejecutivo, montajista y asistente de dirección. “El Campo”, filme realizado en coproducción entre Argentina, Francia e Italia, ha sido exhibido con muy buena repercusión en los Festivales de Venecia, Mar del Plata, Amiens, Flandes, Reikjavik, Leipzig, Doha, La Habana y Málaga.
Habiendo escrito el guión junto con su esposa, Valeria Radivo, dice: “La película surge en un momento en que éramos padres de una nena de la misma edad que tiene la protagonista de la historia. La paternidad y la maternidad nos tomaron muy por sorpresa. Fue algo muy fuerte en mi vida y esto me movió a pensar que tal vez la gente no estaba preparada para eso. Sobre todo cuando alguien tiene más de treinta años y está en la situación de vivir solo, donde todo tiene un control, y de repente aparece la vida en estado puro y también la posibilidad de la muerte. Me pareció bueno hacer algo sobre eso de improvisar sobre algunas situaciones que nos pasaban”.
Acerca del escenario de la película (todo un protagonista a su modo), explica: “Siempre me pareció que el campo tenía eso de que puede estar todo bien pero también todo mal. Tiene esa doble lectura que me pareció que está buena. Hay algo que puede ser muy sereno pero también muy angustiante. El campo tiene sus códigos y yo quería que funcionara como el corazón de las tinieblas”. Al respecto añade: “Quería una casa que permitiera dos miradas. Una para el personaje de Elisa, que para ella es una tapera, un lugar horrible y amenazante. Y por otro lado la mirada de Santiago, que quiere invertir y convertir la casa en un palacio. La casa tiene esa subjetividad de la mirada diferente de los dos personajes, lo que le da el punto justo”.
“Se trabajó muchísimo el sonido”, señala. “Cuando uno tiene un hijo, el oído se agudiza y se convierte en otra cosa. Estás con otra percepción que antes no tenías. Y lo que busqué fue eso de tener los oídos mucho más sensibilizados, sobre todo al principio de la historia, que es en donde está el punto de vista de Elisa”.
