La falta de consecuencias para los menores delincuentes, la ineficacia de la Justicia y la desesperanza de las víctimas son temas centrales que requieren una urgente revisión y reforma del sistema legal.
El dolor de una madre tiene como vértice la imputabilidad de menores y una Justicia inoperante para estos casos donde los victimarios quedan libres, tornándose el debate en necesario ante la creciente delincuencia donde surge un gran vacío legal: la falta de castigo para las víctimas de menores delincuentes.
Es el caso de Noelia Alderete, madre de Gonzalo, víctima de un crimen cometido por un menor inimputable, ha reavivado el debate sobre la baja de la imputabilidad en Argentina. Sus desgarradoras declaraciones reflejan la frustración y el dolor de quienes se enfrentan a un sistema judicial que, según ella, falla a las víctimas. “A veces uno piensa que los adolescentes son incapaces de soportar una condena, pero los chicos que son delincuentes tienen otra mentalidad”, afirmó Noelia, evidenciando la complejidad del problema.
La falta de consecuencias para los menores que cometen delitos graves genera una profunda sensación de injusticia. “A la mayoría de esos chicos no les importa nada. Entonces es muy doloroso porque uno termina de descreer de la Justicia”, lamentó al aire por Radiocracia, recordando que el caso de su hijo, cuyo asesino permanece libre por ser inimputable, ilustra la ineficacia del sistema actual. “El asesino de mi hijo Gonzalo está libre porque es inimputable. El error del sistema está en la edad. Hasta que cumpla 18, todo queda en la nada”, denunció con amargura.
La falta de acción por parte de la Justicia es otro punto crítico. “No puede hacer nada. En Comodoro las causas quedan perdidas en un cajón”, afirmó Noelia, reflejando la desesperanza de muchas familias que buscan justicia. Esta falta de respuesta deja a las víctimas en una situación de vulnerabilidad y desamparo.
Ante esa falta, se vio obligada a reacomodar su vida. “Al quedar todo en la nada, uno tiene que ver cómo reacomoda su vida. El dolor nunca pasa ni se va a superar, solo se aprende a convivir de la mejor manera, sobre todo por mis hijos”, reflexionó. Sin embargo, su lucha no termina allí. “uno hace lo que puede. Yo sé que si estos casos llegan a Nación, las cosas van a cambiar», concluyó con una esperanza renovada.
El caso de Gonzalo y las declaraciones de Noelia Alderete ponen de manifiesto la necesidad urgente de un debate profundo sobre la imputabilidad de menores y la reforma del Sistema Judicial para garantizar justicia a las víctimas de delitos graves.
