Le ganó 4-0 con goles de Suárez (doblete), Neymar e Iniesta. Y encima Lionel Messi volvió a jugar después de ocho semanas. La fiesta fue culé en el estadio Santiago Bernabéu.
El Barcelona le puso música a la Casa Blanca. Un sonido agradable, de toque, de un lado al otro, como una sinfonía, aunque también lo bailó al ritmo del cuarteto a ese Real Madrid desconcertado y sin poder tomar la pelota. Con Messi esperando en el banco, mirá qué ventaja, el Barça tuvo a Suárez para convertir un doblete (el primero con 24 toques antes de su definición tres dedos), a Neymar y a Iniesta para cantar los goles culé ante la mirada y el silencio de los madridistas. Fue 4-0 pero pudo haber sido aún peor…
El Barça le escondió la bocha al Real. La impotencia se reflejaba en las caras de Cristiano Ronaldo, Benzema y compañía. El Madrid no reaccionó. Observó la exhibición del Barcelona. Asumió la superioridad y no encontró respuestas.
El 4-0 evidenció las carencias estructurales del equipo de Rafa Benítez. ¿Por qué? Cedió el mediocampo, algo que el Barça recibió con brazos abiertos, no mostró juego y corrió detrás de la pelota. Todo lo contrario al Barcelona, que volvió a sonar con su mejor sinfonía. Desde Claudio Bravo, que se lució con dos tapadas estupendas, hasta Messi, que tuvo su participación en el cuarto grito culé. Pasando por Piqué, Busquets, Iniesta, Neymar, Suárez, Sergi Roberto…
La vuelta de Leo después de ocho semanas también “sabe a gloria”, como definió Luis Enrique el triunfo ante el Real. La única mancha, la lesión de Mascherano, quien debió ser reemplazado en el primer tiempo.
El Barcelona impuso su autoridad y sigue firme como único líder de la Liga (le sacó seis puntos al Madrid), mientras que el Real profundiza su crisis y aún le retumba la música culé…
