No dio pie con bola y perdió merecidamente frente a Cerro Porteño, que le ganó con su propia receta: la presión. Güiza y Dos Santos, en dos oportunidades, marcaron los goles del local, mientras que el descuento llegó de la mano de Ortiz. La Copa no viene bien para el Grana.
Que Lanús haya perdido en Paraguay no es preocupante. Sí es preocupante, sin embargo, cómo lo hizo. El Grana no dio pie con bola en tierras guaraníes y cayó merecidamente frente a un Cerro que le jugó con su propia receta: la presión. Así lo incomodó, lo llevó a cometer errores de esos que Lanús no suele cometer y le quitó tres puntos que en el Sur eran considerados fundamentales debido al inesperado empate ante O’Higgins en el debut por la Copa en La Fortaleza.
Imagínese lo impreciso que estuvo que hasta Goltz se equivocó en la salida. Y no una, sino dos veces. Ni hablar del resto de los del fondo: tanto Martínez como Velázquez hicieron agua cada vez que Cerro atacó por la banda izquierda, justamente el sector que más y mejor explotó gracias a la proyección de Bonet y a la habilidad de Corulo, un volante sumamente interesante. El único que se salvó fue Araujo, que consciente de los problemas defensivos que tenían nunca se animó a cruzar la mitad de la cancha.
Ya en la primera parte Cerro mereció irse en ventaja. Si no lo hizo fue porque Lanús tiene en su arco a Marchesín, un arquero que pide a gritos Selección. El fue el único responsable de que en el entretiempo Guillermo Barros Schelotto pudiera dar la charla táctica con la valla invicta. Ahí es donde falló el Melli, que aún sabiendo cuál era el inconveniente que tenía su equipo no logró solucionarlo. Y lo pagó no bien comenzó el segundo tiempo…
Güiza hizo el primero de los tres goles que el conjunto guaraní le marcó a Lanús en los diez minutos posteriores a la vuelta de los vestuarios (Dos Santos marcó los otros dos). Lógicamente el Grana quedó aturdido, abatido. Tanto que ni la roja a Angel Romero ni el descuento del Marciano Ortiz pudieron recomponer el ánimo de un equipo que no esperaba volverse de Paraguay con un resultado como éste. Entonces la derrota golpea fuerte, más aún teniendo en cuenta que el debut tampoco fue con sonrisa.
Es tiempo de poner paños fríos y reacomodarse. Lanús (un punto en dos partidos de Libertadores) ha demostrado a lo largo del campeonato y de la Sudamericana que tiene plantel para pelearle a cualquiera. Ahora, deberá reafirmarlo.
