Durante la madrugada, personal policial intervino en un salón de Barrio Panaderos tras recibir un llamado que alertaba la realización de una fiesta clandestina con la posible presencia de menores. Al llegar al lugar, entre las 2:25 y las 4:00 horas, se constató la presencia de entre 150 y 200 personas, en su mayoría adolescentes.
Al solicitar la apertura de la puerta principal, los asistentes salieron rápidamente, por lo que se intentó demorar a los menores para entregarlos a sus familiares. Sin embargo, la situación se tornó tensa cuando algunos comenzaron a arrojar restos de escombros y botellas de vidrio contra los vehículos y efectivos policiales.
En respuesta, los agentes realizaron disparos disuasivos al aire con postas de goma para dispersar a los agresores, dada la superioridad numérica y la violencia recibida. Como resultado, un joven de 18 años fue aprehendido por su participación en los ataques, y cuatro menores fueron demorados para su resguardo.
Alrededor de las 4:09 horas llegó personal de Habilitaciones de la Municipalidad, quienes indicaron que al no contar con un responsable adulto del local, no podían labrar acta de constatación, retirándose del lugar poco después.
Se dispuso una audiencia de control para el detenido. Los menores fueron devueltos a sus tutores.
