Murray se quedó con la presea dorada, pero Delpo se lo merece también: a pura garra, sin más fuerza, bancó la parada ante el número 2 del mundo y se le fue por poco. Fue 7-5, 2-6, 6-4 y 7-5 en un partido brillante y para la historia. La de Juan Martín en el tenis, es la segunda medalla para la Argentina en estos Juegos Olímpicos.
Perdió un partido, el último, uno que dolerá, pero ganó mucho más. Juan Martín Del Potro logró que un país lo siga y lo empuje en busca de la segunda medalla para Argentina y el tandilense lo logró. Si bien no pudo con Andy Murray en la final (7-5, 4-6, 6-2 y 7-5), Delpo se colgó la de plata, que vale muchísimo. Sobre todo teniendo en cuenta que estuvo a punto de dejar el tenis, o que se tuvo que cruzar con Djokovic y Nadal en Río. Pero los pasó. Todo pasó. Y el metal que cuelga, ese que brilla en su pecho, lo debe llevar con la cabeza en alto. Alto como la Torre que es.
¿Quién se hubiese imaginado tener a Del Potro en el último partido del torneo de los Juegos Olímpicos? ¿Quién pensaba que era posible cuando pasaba por cuarta vez por el quirófano para tratar esas malditas muñecas? ¿Y quién le habrá puesto fechas cuando apareció el número uno del mundo en la primera ronda? Todas las preguntas las respondió el mismo Juan Martín a fuerza de tenis, potencia, corazón. Porque no se va perdedor de Río, no. Se va como medallista por segunda vez en cuatro años. Y mejoró la posición: del bronce en Londres a la plata en la ciudad carioca.
Batalló, eso sí. Murray es completísimo, tiene todos los recursos para ser el mejor y por momentos estuvo contra las cuerdas. El primer set fue largo (1h14m) y se lo llevó el británico por la mínima. En el segundo apareció la fuerza interior del argentino: contundente 6-4 en una hora clavada. En el tercero, el más corto de todos (36 minutos), volvió Andy con una variedad de golpes y movilidad tremenda. En el cuarto se empezaron quebrando el saque (dos veces cada uno). JM estuvo sacando 5-4, a dos puntos de ir al quinto, pero se le escapó.
Del Potro demostró durante toda la semana ser uno de los mejores del mundo. Vivió unos días inolvidables, que ni él mismo creía que pasarían. Además, no sólo fue finalista y medallista, sino que se conectó con la gente de una manera especial. «Olé, olé, olé, olé, Delpooo, Delpooo». Con ese grito terminó el partido.
“Por algo no abandoné el tenis”
Luego de ganar la medalla plateada y hacer historia en Río, Delpo recordó lo cerca que estuvo de largar la raqueta y, emocionado, tiró: «Fue más que un sueño, me llevo la de plata pero considero que tengo el oro». Derechito a los libros.
Juan Martín Del Potro hizo historia en los Juegos Olímpicos de Río y, aunque el color de la medalla que se colgó fue plateado, el tandilense sabe que lo conseguido quedará por siempre en los libros. “Me llevo algo que no me importa el color. Soñé con esto antes de venir y no lo puedo creer. Me llevo la de plata pero considero que tengo el oro”, tiró La Torre, emocionado, y recordó cuando estuvo cerca de dejar el tenis. “No sólo me sorprendí a mi mismo, sino al torneo, al mundo del tenis con el nivel que mostré. Por algo no abandoné el tenis, de arriba me tenían preparado esto”, sostuvo.
Delpo le agradeció especialmente a la gente, apoyo constante a lo largo de todo el torneo. “Hemos trascendido el tenis. Desde las tribunas, las grandes finales que jugamos, no sé como aguanté cuatro horas después del partido que jugué con Nadal. Me emocionaron mucho todos los días. Me quiero volver a la Argentina para disfrutar con la gente”, agregó.
Además, Juan Martín elogió a Murray, su rival en el partido decisivo: “Es un gran campeón, muy inteligente para jugar, no puedo pedir más, fue más que un sueño. Fuimos dignos de una final olímpica. Dejamos todo adentro de la cancha. No me quedaba más energía. Muy cansado desde el primer set, las piernas no respondían. La gente me ayudó a sacar fuerza de donde no sabía que tenía. Me gustaría seguir demostrando y vivir estas emociones únicas más seguido”. Eterno, Delpo.
