El déficit acumulado en servicios durante el año ya supera los US$ 6.795 millones, lo que representa un crecimiento del 40 % respecto al mismo período del año anterior. Este desbalance refleja principalmente la mayor salida de divisas por turismo, compras con tarjeta y otros servicios internacionales.
Entre los principales rubros que explican el déficit se destacan:
- Consumos con tarjeta, viajes y pasajes: egresos netos de US$ 817 millones.
- Otros servicios, como transporte comercial, construcción y cultura: US$ 333 millones.
- Fletes y seguros: US$ 132 millones en egresos netos.
Solo los servicios empresariales, profesionales y técnicos registraron ingresos positivos, con un saldo de US$ 355 millones, lo que ayuda a amortiguar parcialmente el déficit general.
Turismo y compras digitales, protagonistas del déficit
El BCRA detalló que los egresos brutos por consumos con tarjetas y viajes alcanzaron US$ 1.192 millones, de los cuales US$ 1.063 millones corresponden a gastos con tarjetas en el exterior. En este segmento, las compras de servicios digitales sumaron US$ 146 millones, mientras que envíos postales internacionales representaron US$ 94 millones.
Por otro lado, los egresos netos por viajes y pasajes alcanzaron US$ 728 millones, en contraste con ingresos brutos de solo US$ 229 millones, lo que muestra un fuerte desequilibrio entre lo que los argentinos gastan fuera y lo que ingresan por turismo receptivo.
La cuenta corriente, un respiro en medio del déficit
A pesar del aumento del déficit de servicios, la cuenta corriente del país cerró con un superávit de US$ 1.374 millones, impulsado principalmente por las exportaciones de bienes y las transferencias. Este saldo positivo ayuda a sostener las reservas del BCRA, aunque la presión sobre el sector servicios sigue siendo un desafío para la estabilidad cambiaria.
Perspectivas y alertas
El crecimiento sostenido del déficit de servicios evidencia la vulnerabilidad del país frente a la salida de divisas por turismo, compras internacionales y otros gastos en el exterior. Los analistas advierten que, si no se logra equilibrar este flujo, podría impactar en la disponibilidad de reservas y en la política cambiaria, especialmente en un contexto donde la economía continúa enfrentando desafíos estructurales.
