Tras 15 años de dedicación a las ciencias exactas, Luján Leal de Ibarra se encuentra a punto de culminar su carrera con honores y un campo menor en Astrofísica, complementando su formación con un curso de piloto privado.
Cabe destacar el esfuerzo continuo que implica el sueño de convertirse en astronauta, mencionando la necesidad de posgrados, dominio de idiomas como el ruso, y la creciente competitividad, aunque también señala las nuevas y amplias oportunidades laborales que ofrece la pujante industria aeroespacial estadounidense, incluyendo el interés en compañías líderes como SpaceX.
Desde la niñez, el interés por el espacio se consolidó en la vida de esta joven nacida en estos lares, transformándose en una vocación firme que hoy la tiene a las puertas de graduarse como Ingeniera Aeroespacial en Estados Unidos.
La semilla de la vocación
El interés por el cosmos no fue repentino, sino un crecimiento constante alimentado por la cultura popular y el apoyo familiar. La película Apolo 13 marcó un hito, sumado a regalos como un telescopio.
“Creo que un poco todo siempre estuvo ese interés y cada cosa que veía como que crecía más y más, pero bueno si me tengo que acordar como un evento concreto puede haber sido probablemente ver Apolo 13…”, indicó Luján.
Este interés se mantuvo vivo durante casi 15 años, desde los 8 hasta los 22 años actuales, y se tradujo en una inclinación natural hacia las ciencias exactas en el ámbito escolar.
La ruta académica y la preparación
La pasión por la matemática, física y química dirigió su elección hacia la ingeniería. A los 18 años, comenzó su carrera de Ingeniería Aeroespacial en Estados Unidos, donde actualmente cursa el cuarto año y planea graduarse en mayo de 2026.
“Elegí la ingeniería que a mí me parecía que era más acertada para poder ir al espacio… Empecé ingeniería aeroespacial a los 18 en Estados Unidos y bueno ahora ya curso tres años completos y voy por la mitad del cuarto año”, comentó.
Además de su título principal, cuenta con un campo menor en Astrofísica y está formándose activamente como piloto privado, aunque aclara que la carrera enseña la lógica detrás del vuelo, no el pilotaje en sí mismo.
El desafío de ser astronauta
El camino hacia la exploración espacial es sumamente competitivo. La aspirante detalla los requisitos necesarios para ingresar a agencias como la NASA o empresas privadas:
“No hay como un camino específico… es súper complicado y es un poco azar… lo que sí suele ser bastante necesario es un posgrado, un máster después, bueno, obviamente hablar inglés tal vez hablar otro idioma, yo hablo ruso, así que es algo que suma”, detalló.
La diversificación del sector espacial, con el auge de empresas como SpaceX, abre nuevas y variadas posibilidades, desde misiones de reparación hasta el transporte de carga útil.
Futuro cercano y laboral
Actualmente residiendo en Colorado, planea regresar a Argentina brevemente antes de retomar el último semestre en enero, con la graduación a la vista en mayo de 2026 y un posgrado en mente para agosto.
En cuanto a salida laboral, más allá de la posibilidad de ir o no a la Luna, sentenció que “ahora en Estados Unidos está creciendo muchísimo; podés trabajar en la industria mecánica, en la electrónica, así que un poco te podés meter en cualquier lado”.
