“Es un problema que viene de años. Hay de todos los tamaños y razas. Algunos vecinos abandonan cachorros en cajas, y los animales deambulan con hambre. Hemos tenido casos de mordeduras a niños, adultos y hasta ataques cuando la gente está en la parada del colectivo”, relató en diálogo con FM La Petrolera.
En actividades comunitarias, la presencia de los animales genera riesgos: “Cuando hacemos eventos, los perros se amontonan y les sacan las cosas de las manos a los nenes. Tenemos que poner personas a cuidarlos hasta que los padres los retiran”. Pese a denuncias y notas presentadas por vecinos, Méndez indicó que “nadie nos escucha y no hay soluciones concretas”.
Otra preocupación recurrente es la falta de cloacas. “Mucha gente desagota pozos ciegos hacia la calle, porque no puede pagar un camión atmosférico. El servicio municipal está suspendido y un privado cobra entre 35.000 y 45.000 pesos, dependiendo de la profundidad del pozo”, explicó.
El agua estancada y las napas altas provocan un deterioro progresivo en las viviendas: “En el merendero tenemos filtraciones, pisos levantados y paredes cubiertas de humedad. Las casas se están arruinando y la humedad afecta la salud, sobre todo en chicos con asma y en personas mayores con problemas respiratorios”.
