El país asiático confirmó por primera vez desde el inicio de la pandemia al paciente cero y llamó a la realización de un importante confinamiento en todo el territorio norcoreano para evitar la masividad de contagios en la población.
Cuando China comenzó a reportar una gran cantidad de infectados de coronavirus en Wuhan, el dictador de Corea del Norte había cerrado completamente y en todo sentido a su país, desde la parte económica hasta en lo comercial.
Al conocer que muchas personas internadas con fiebre y otros síntomas apuntaban a que se habrían contagiado de la cepa Ómicron, el líder asiático llamó a una reunión de urgencia para que se pueda hacer un despliegue de un sistema de control del virus de “emergencia máxima” para “eliminar la raíz en el menor tiempo posible”, publicó La Nación.
El dictador “llamó a todas las ciudades y municipios del país a confinar cuidadosamente sus zonas”, según informó la agencia de noticias KCNA. Fábricas, negocios y hogares tendrán la suma obligación de cerrar sus puertas y reorganizarse para “bloquear impecablemente la extensión del malicioso virus”, aseguró.
En otros de sus dichos publicados, Kim “aseguró que debido al alto nivel de conciencia política de la población (…) superaremos con toda seguridad la emergencia y tendremos éxito con el plan de cuarentena de urgencia”.
A la actualidad se desconoce la cantidad de personas con coronavirus en Corea del Norte, dado que la comunicación no fue del todo transparente. ”Para que Pyongyang admita públicamente casos de ómicron, la situación de salud pública debe ser grave”, planteó el profesor Leif-Eric Easley de la Universidad Ewha de Seúl.
En tanto, algunos expertos informados en la situación de la nación asiática afirman que el régimen de Kim Jong Un todavía no vacunó a ninguno de los 25 millones de habitantes que tiene en sus tierras tras el rechazo de las vacunas ofrecidas de la OMS, China y Rusia.
